CONCILIO INTERNACIONAL JESUCRISTO SOBERANO

LO VIEJO: Introducción 1. El primer Adam caído y pecador 2. El hombre viejo o exterior 3. El pecado separa y es ley en la carne 4. La ley y su función

LO NUEVO: 1. El postrer Adam 2. Los pecados puestos sobre Jesús, el inocente haciendo inocente al culpable 3. De muerte a vida 4. La dádiva de Dios 5. Nuevo Pacto 6. Muertos al pecado y muertos a la ley

 

 

De lo Viejo a lo Nuevo

Lo Viejo

 

Capítulo I

 

El primer Adam caído y pecador

 

Adam es el  padre de la raza humana, el primer hombre sobre la tierra de la cual fue formado y creado en inocencia,  “Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra...” Génesis 2:7

Adam fue dotado de toda bendición: vida perpetua, salud perenne, dueño y mayordomo de todo lo que se le dio para que administrara, el privilegio de poner nombre a todos los seres vivientes del  planeta tierra, labrar y disfrutar  de las delicias del jardín del Edén y poder allegarse al fruto que prolongaba la vida.

Conocemos en parte cómo llegaron Eva y Adam a conocer en carne propia las consecuencias de la desobediencia. La condena por la violación de lo dispuesto por el Creador, era la muerte para todos, tanto para la primera pareja, sus descendientes, y así como toda criatura inferior, del aire, mar y tierra.

En Romanos 5:12 leemos: “El pecado entró en el mundo por un hombre y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron.”

“No obstante, reinó la muerte desde Adam hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la rebelión de Adam; el cual es figura del que había de venir.” Vs. 14

“Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituídos pecadores...” Vs. 19

“Y Adam no fue engañado, sino la mujer, siendo seducida, vino a ser envuelta en transgresión...” 1 Timoteo 2:14

“...el primer hombre es de la tierra...cual el terreno, tales también los terrenos...trajimos la imagen del terreno.” 1 Cor. 15:45-49

En otras palabras, Adam echó a perder el molde; él fue el culpable de nuestras carencias, debilidades,  y de una vida terrenal incompleta. Todos los descendientes de Adam, que somos identificados en el cielo como los predestinados para salvación, que ocupamos ya los puestos vacíos que dejaron los ángeles que ahora están en prisiones eternas, no somos culpables del pecado de Adam. Nosotros los hijos de Dios no comimos del árbol prohibido, pero ahora participamos de las consecuencias de haberlo Adam comido , sabiendo él que lo que estaba haciendo iba a destituirlo de la gloria de Dios, así como a sus descendientes.

“..reinó la muerte desde Adam hasta Moisés aun en los que no pecaron a la manera de la rebelión de Adam.” Romanos 5:14 Todo hijo de Dios que nace en este planeta tierra, nunca ha sido sometido a la misma prueba que Adam, primero porque nuestra naturaleza humana no puede ponerse a prueba porque está caída, contaminada, tiene una ley de pecado y muerte en ella y lo bueno que quiere hacer no puede. “ Y yo sé que en mi, es a saber en mi carne no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.  Porque no hago el bien que quiero; mas el mal que no quiero, este hago.  Y si hago lo que no quiero, ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mí. Romanos 7:14-25 Tenemos una ley de pecado que está en nuestros miembros... Así que yo, mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Y segundo, porque  somos débiles por la carne. “Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta a la ley de Dios ni tampoco puede. Romanos 8:3, 7.

Nosotros no pecamos a la manera de la rebelión de Adam, sino que él nos transmitió

una ley  que él mismo cosechó al sembrar desobediencia, y como consecuencia nos

pasó a nosotros el pecado y la muerte.  En la carne aun somos impíos-inocentes.

Entonces, durante los primeros cuatro mil años antes de que viniera el Libertador de Sión, nuestro Señor Jesucristo, ¿Cómo trataba Dios con el pecado trasmitido a los impíos-inocentes?

1. “(Dios)... atento a haber pasado por alto en su paciencia los pecados pasados.” Romanos 3:25

2. “Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí, no imputándole sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la reconciliación.” 2 Cor. 5:19

A Adam, por su rebeldía, se le corrompió la carne, trasmitiendo la misma corrupción a todos sus descendientes y aunque muchos testigos de lo que sucedió y sucedía pudieron imaginarse que por los pecados de la carne nunca podrían vivir en la posición en que vivió el papá Adam antes de pecar, nunca supieron hasta que Dios le reveló a Pablo que El  pasaba por alto los pecados y no los tomaba en cuenta.

Ya estaban perdonados desde antes de la fundación del mundo. El decreto estaba dado en el cielo.

A éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios...” Hechos 2:23

“...según el intento suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.” 2 Timoteo 1:9

“...habéis sido rescatados...con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación; ya ordenado de antes de la fundación del mundo, pero manifestado, en los postrimeros tiempos por amor de vosotros.” 1 Pedro 1:18-20

“...del Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo.” Apocalipsis 13:8

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él...Dios cargó en él el pecado de todos nosotros...” Isaías 53:5,6

Herido, castigado y cargó esta en pretérito. Todo se cumplió por decreto aprobado por Dios. Muerto y sustituto desde antes de la creación de Adam el que falló.

Amados hijos de Dios, paz y gracia a vosotros; estén tranquilos, confiados, seguros y ciertos en Aquel que nos amó primero y desde antes de la fundación del mundo. No hay por qué tener miedo, inseguridad, incertidumbre, desconsuelo. Estamos en victoria, siempre triunfando y más que vencedores por medio de Aquel que nos amó y se entregó por nosotros, el Señor y Salvador Dios, Jesucristo.