Una perfección ya fue
alcanzada para nosotros en el espíritu y la segunda es la que nos hace
participar en la resurrección como la que tuvo Jesucristo al salir del
sepulcro con un cuerpo glorificado.
Nos dice Pablo
como alcanzamos la perfección como santificados del Señor.
Porque con una sola
ofrenda hizo perfectos para siempre
a los santificados Hebreos 10:14
Mas estando ya
presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir, por el más
amplio y más perfecto tabernáculo,
no hecho de manos, es a saber, no de esta creación. Hebreos 9:11
Ministro del
santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que el Señor asentó, y no
hombre
“...mas la
palabra del juramento, después de la ley, constituye
al Hijo, hecho perfecto para siempre.”
Hebreos 7:28
La esposa de Cristo
vive en el verdadero templo: “...el Señor Dios Todopoderoso es el templo
de ella, y el Cordero.” Apocalipsis 21:2,3,22,23
“...nuestra vida está
escondida con Cristo en Dios.” Colosenses 3:3
“...Mas él hablaba
del templo de su cuerpo.” Juan 2:19-21
Esta perfección es la
que nos dio la glorificación del espíritu adoptado como hijos amados,
elegidos y predestinados.
“...y a los que
predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también
justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” Romanos
8:29-31
Esta perfección
glorificada solo se le puede adjudicar al que nació del Espíritu Santo,
al hijo de la promesa, al predestinado y elegido por gracia.
La siguiente
perfección es la que estamos esperando: la adopción del cuerpo, la gran
gloria que ha de ser manifestada en los hijos de Dios el grandioso día
de la resurrección de los muertos en la carne.
Leamos lo que Pablo escribió a los Filipenses:
“...A fin de conocerle, y la virtud de su resurrección, y la
participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte. Si en
alguna manera llegase a la resurrección de los muertos.
No que ya haya alcanzado, ni que ya sea
perfecto; sino que prosigo, por ver si alcanzo aquello para
lo cual fuí también alcanzado de Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo
no hago cuenta de haberlo ya alcanzado;
pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo al blanco, al premio de la
soberana vocación de Dios en Cristo Jesús.
Nota ahora: Así que,
todos los que somos perfectos, esto
mismo sintamos: y si otra cosa sentís, esto también os revelará Dios.
Empero en aquello a que hemos llegado, vamos por la misma regla,
sintamos una misma cosas. Filipenses 3:9-19
“Empero
hablamos sabiduría entre perfectos...hablamos
sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios
predestinó antes de los siglos para nuestra gloria.” 1 Cor. 2:7,8 y 1:24
“Cristo es potencia de Dios, y sabiduría de Dios”
Podemos hablar y
sentir lo mismo los que por el ejercitar de los sentidos en el
discernimiento del bien y del mal, llegamos a
la perfección que nos permite comer vianda firme y no leche
que es para los niños que se alimentan de los rudimentos y son inhábiles
para la palabra de justicia, porque es niño.
Ya dije que son
dos adopciones, dos glorificaciones, dos resurrecciones y dos
perfecciones.
Es necesario conocer
las diferencias entre ambas etapas divinas en nuestra experiencia como
hijos del Altísimo Dios. Cuando son aclaradas en nuestra mente que es la
mente de Cristo, y esto por obra completa del Espíritu Santo, entonces
todos los temores y los miedos producidos por las enseñanzas mezcladas
con los dos pactos el antiguo y el nuevo, son eliminados completamente.
Comenzamos a vivir en
victoria, de triunfo en triunfo y de gloria en gloria. La vida terrenal
mientras transcurre no se vive en espectativas de miedo y temores a lo
que pueda llegar a suceder en el inmediato sufuturo. Todo está completo
y acabado por la obra gloriosa de nuestro Señor Jesucristo.
Ahora, la palabra
tribulación no es como la enseñan los artífices del miedo, siempre
que vayamos al apóstol, maestro y predicador de los Gentiles (Pablo)
encontraremos otra perspectiva de vida. Notemos lo que nos dice Pablo
escribiendo a los Romanos 5:1-5 “...nos gloriamos en la esperanza de la
gloria de Dios. Y no sólo esto, mas aun nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación produce paciencia; y la
paciencia, prueba y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergϋenza
porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos es dado.”
“El Espíritu
Santo por todas las ciudades me da testimonio,
diciendo que prisiones y tribulaciones me
esperan,
mas de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí
mismo; solamente que acabe mi
carrera con gozo, y el ministerio
que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de
la gracia de Dios.” Hechos 20:22-24
Confirmando los
ánimos de los discípulos, exhortándolos a que permaneciesen en la fe,
y que es menester que por muchas tribulaciones entremos en el
reino de Dios. Hechos 14:22
Estas cosas os he hablado, para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido
al mundo. Juan 16:33
Quién nos apartará
del amor de Cristo? Tribulación o angustia? O persecución? O
hambre? O desnudez? O cuchillo? O peligro? Como está escrito: Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos estimados como ovejas de
matadero. Romanos 8:35-39
Antes, en todas
estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó.
Y quién es aquel que
os podrá dañar, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa
padecéis por hacer bien, sois bienaventurados.
Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis turbados, sino
santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre
aparejados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os
demande razón de la esperanza que hay en vosotros.
Hijitos, vosotros
sois de Dios, y los habéis vencido; porque el
que en vosostros está, es mayor que el
que está en el mundo. 1 Juan 4:4
Porque todo aquello que es nacido de Dios vence
al mundo: y esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.
1 Juan 5:4
Mientras
con paciencia y muchas tribulaciones estemos esperando la manifestacion
del gran dia de Dios, gocemos dentro de la bienaventura esperanza de la
vida eterna que ya se nos ha otorgado como hijos herederos de Dios y
coherederos con Cristo. Gozaos en el Señor siempre, dijo Pablo. Estad de
buen ánimo, dijo Jesús, gozaos de que vuestros nombres están escritos en
los cielos, también nos dejó dicho Jesucristo. Por lo tanto suceda lo
que suceda, de El somos para siempre aunque se desplomen los cielos.
Bendecidos todos los que han leído y estudiado estos pensamientos
inspirados por el Espíritu Santo y escritos por aquellos a quienes les
fue revelado el misterio de Dios.