JESUCRISTO REGRESANDO


Apóstol Domingo Hernández

 

Capítulo 1


 

Adopciones, resurrecciones, glorificaciones, perfecciones


En las cartas del apóstol Pablo aparecen dos grandes procesos por los cuales es necesario pasar y en ellos experimentar dos etapas diferentes. Comensaremos con las dos “adopciones.”

 

Adoptar, Adopción

juiothesia (uiJoqesiva), (de juios, hijo, y thesis, colocación); relacionado con tithemi, colocar. Significa el lugar y la condición de un hijo dado a alguien a quien no le pertenece de forma natural. Esta palabra la utiliza únicamente el apóstol Pablo.

En Ro 8.15 se dice de los creyentes que han recibido «el Espíritu de adopción», esto es, el Espíritu Santo, quien, dado como las primicias de todo lo que tiene que ser de ellos, produce en ellos la conciencia de la filiación y la actitud que corresponde a hijos. En Gl 4.5 se dice de los que han recibido «la adopción de hijos»; esto es, que se les ha otorgado la filiación en distinción a una relación meramente consiguiente al nacimiento. Aquí se presentan dos contrastes: (1) entre la filiación del creyente y la filiación eterna de Cristo, y (2) entre la libertad de que disfruta el creyente y la esclavitud, sea la procedente de la condición natural de los gentiles, o la de Israel bajo la Ley. En Ef 1.5 se dice que han sido ordenados de antemano a la «adopción de hijos» mediante Jesucristo. Aquí hay dos términos en griego que se tienen que distinguir, y que la traducción castellana no distingue, y es el de «niños» y el de «hijos». Los creyentes son engendrados como «niños» por el Espíritu Santo mediante la fe. En el caso de la adopción, se usa el término «hijo», que involucra la dignidad de la relación de los creyentes como hijos; no es la entrada en la familia mediante el nacimiento espiritual, sino el ser situado en la posición de hijos. En Ro 8.23 se expone la otra adopción del creyente como todavía futura, ya que allí incluye la redención del cuerpo, cuando los vivos serán transformados y cuando los que han dormido se levantarán. En Ro 9.4 se habla de la adopción como perteneciendo a Israel, de acuerdo con la afirmación en Éx 4.12, «Israel es mi hijo» (cf. Os 11.1). Israel fue traído a una relación especial con Dios, a una relación colectiva, que no disfrutaban otras naciones (Dt. 14.1; Jer 31.9, etc).

 Sobre las dos adopciones que Pablo menciona en el capítulo 8 de la carta a los Romanos, divide estos acontecimientos primero: recibir la adopción del espíritu al cual Dios le dice que es su hijo y este testimonio asegura la herencia del Señor que es compartida con su Hijo Jesucristo. Dice Pablo que es como único podemos exclamar: Abba, Padre (Papito) También en Gálatas 4:6,7 :Y por cuanto sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones, el cual clama: Abba, Padre. “...somos hijos; y si hijos, también heredero de Dios por Cristo.” Nosotros sus hijos y el Espíritu de Cristo decimos Abba, Padre. Comprendes este enlace de pensamientos? Como único podemos expresarnos en la comunicación más sublime e incomprensible al decirle al Dios Todopoderoso “Papito” es cuando Jesucristo mora en nuestros corazones por su Espíritu, pues el Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.

Todo acontecimiento trágico o lleno de beneplácito presente o futuro, no puede afectar la vida espiritual de un adoptado como hijo de Dios por Jesucristo. Es tal la unidad de Dios con sus hijos que al unirnos con El somos un solo espíritu 1 Cor. 6:17

Como sea que Jesucristo regrese a la tierra, no serán probados en tribulación alguna antes de la manifestación gloriosa de Dios nuestro Salvador.

Amados hermanos, vivimos como vasos de barro con el gran tesoro en sus adentros y ese tesoro que está compuesto de la fusión de Dios con la nueva criatura que él hizo, jamás podrá separarse porque Jesucristo compró el tesoro de la nueva criatura por precio y ahora no somos nuestros le pertenecemos para siempre. Estamos como el metal precioso que es rodeado por la escoria sin brillo, pero lo que vale y no tiene fin quedará en la manos de aquel que creó ese tesoro dentro de cada uno de los adoptados por Cristo.

Vivamos sin temor e inseguridades, vivamos ciertos, seguros y confiados pues el que comenzó en nosotros la buena obra la perfeccionará hasta el fin. Si algo nos llegara a faltar Dios lo suplirá, además todo lo podremos en Cristo que nos fortalece. Filipenses 4:13

La segunda adopción es cuando recibamos el cuerpo incorruptible e inmortal, en aquel día cuando los hijos de Dios que fuimos adoptados seamos manifestados, entonces la promesa de esa segunda adopción se hará la gran realidad de la vasija que fue de barro, entonces será el espiritual cuerpo con la imagen del hombre del cielo.

El que es realmente un hijo de Dios por adopción, escuchará en momentos cuando la carne dude: “tú eres mi Hijo amado en el cual tengo contentamiento,” y todo es porque yo Dios te cree, te hice nuevo y ahora no tienes mancha, arruga ni cosa semejante, eres eterno como yo soy eterno, puedes medir tu vida con la mía, no olvides que tú y yo somos uno y todo por amor y amor eterno.

 

8 Introducción

1. Adopciones, resurrecciones...

2. Las dos resurrecciones

3. Las dos perfecciones