Concilio Internacional Jesucristo Soberano

1. Introducción 2. Jesús perdonando 3. Pedro remitiendo 4. Pablo y unos que ...



Remitir y Retener


 

Pedro remitiendo los pecados por el perdón dado por Jesucristo

Después que Pedro llegó a la casa de Cornelio y comenzó a predicar, sucedió un hecho inolvidable al pronunciar las siguientes palabras: “...Cuanto a Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dio de Espíritu Santo y de potencia; el cual anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con él.

Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de Judea, y en Jerusalem; al cual mataron colgándole en un madero...Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el sermón...” Hechos 10:1-48

 

En este caso estos son los efectos del ministerio. Pedro predicó sobre el perdón que provenía de Jesucristo y el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el Sermón.

Se sintieron perdonados creyendo en Jesucristo y comenzaron a hablar en lenguas y magnificar a Dios; esta señal se manifestó en los creyentes adheridos a la Iglesia a través del perdón de Dios.

 

Notemos que para enseñar y predicar sobre el perdón de los pecados, es necesario primero: Estar en Cristo, segundo: Investidos del poder del Espíritu Santo.

tercero: Ser enviados. ¿Cómo predicarán si no fueren enviados? Romanos 10:15

“Y los discípulos se gozaron  viendo al Señor. Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz a vosotros; como me envió el Padre, así también yo os envío.

Y como hubo dicho esto, sopló, y díjoles: Tomad el Espíritu Santo. A los que remitiereis los pecados, les son remitidos: a quienes los retuviereis, serán retenidos.

Juan 20:20-23

En la experiencia de Pedro en la casa de Cornelio, podemos aplicar el mandato de: Remitir, redimir, quitar el pecado por medio de la predicación “del perdón de los pecados en el nombre de Jesucristo.” Pedro no perdonó personalmente a ninguno de los integrantes de la casa de Cornelio, recordemos que cuando mencionó las palabras perdón de pecados por su nombre, entonces fue interrumpido por el Espíritu Santo que cayó sobre todos los que oían el sermón; en este caso fueron remitidos los pecados al creer. “A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.”

Aclaramos que el perdón vino sobre todos los que fueron hechos partícipes de la manifestación del “misterio escondido” “Cristo nuestra esperanza de gloria” Colosenses 1:24-28 El perdón vino sobre todos los que se les concedió creer Filipenses 1:29 El perdón era para los que desde antes Dios conoció y fueron enseñados por el Padre. El perdón es para los predestinados y elegidos por gracia, para los hijos de la promesa, para la simiente de Dios, para los vasos de misericordia, para el vaso de barro que fue hecho para tener el tesoro en su interior. El perdón es para los que son nacidos del Espíritu Santo. A todos éstos se les remitió el pecado cuando Jesucristo fue clavado en la cruz del Calvario y murió para que el Nuevo Pacto entrara en vigencia. Ahora, por el conocimiento a través de la predicación, se activan los hijos de Dios para que puedan tener tranquilas sus conciencias para siempre, para que puedan gozarse de una salvación tan grande y para que sepan que todos sus pecados pasados, presentes y futuros ya han sido perdonados, puestos a las espaldas de Dios y olvidados por El por toda la eternidad.

Abba, Padre.