Remitir y Retener
Pedro remitiendo los
pecados por el perdón dado por Jesucristo
Después
que Pedro llegó a la casa de Cornelio y comenzó a predicar, sucedió un
hecho inolvidable al pronunciar las siguientes palabras: “...Cuanto a
Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dio de Espíritu Santo y de potencia;
el cual anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos del
diablo; porque Dios era con él.
Y
nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de
Judea, y en Jerusalem; al cual mataron colgándole en un madero...Y nos
mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que
Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.
A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él
creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.
Estando
aún hablando Pedro estas palabras, el
Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el sermón...”
Hechos 10:1-48
En este
caso estos son los efectos del ministerio. Pedro predicó sobre el
perdón que provenía de Jesucristo y el Espíritu Santo cayó sobre todos
los que oían el Sermón.
Se
sintieron perdonados creyendo en Jesucristo y comenzaron a hablar en
lenguas y magnificar a Dios; esta señal se manifestó en los creyentes
adheridos a la Iglesia a través del perdón de Dios.
Notemos
que para enseñar y predicar sobre el perdón de los pecados, es
necesario primero: Estar en Cristo,
segundo: Investidos del poder del
Espíritu Santo.
tercero:
Ser enviados. ¿Cómo predicarán si no fueren enviados? Romanos 10:15
“Y los discípulos se
gozaron viendo al Señor. Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz a
vosotros; como me envió el Padre, así también yo os envío.
Y como hubo dicho esto,
sopló, y díjoles: Tomad el Espíritu Santo. A los que remitiereis los
pecados, les son remitidos: a quienes los retuviereis, serán
retenidos.
En la
experiencia de Pedro en la casa de Cornelio, podemos aplicar el
mandato de: Remitir, redimir, quitar el pecado por medio de la
predicación “del perdón de los pecados en el nombre de Jesucristo.”
Pedro no perdonó personalmente a ninguno de los integrantes de la casa
de Cornelio, recordemos que cuando mencionó las palabras perdón de
pecados por su nombre, entonces fue interrumpido por el Espíritu Santo
que cayó sobre todos los que oían el sermón; en este caso fueron
remitidos los pecados al creer. “A éste dan
testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creyeren,
recibirán perdón de pecados por su nombre.”
Aclaramos
que el perdón vino sobre todos los que fueron hechos partícipes de la
manifestación del “misterio escondido” “Cristo nuestra esperanza de
gloria” Colosenses 1:24-28 El perdón vino sobre todos los que se les
concedió creer Filipenses 1:29 El perdón era para los que desde antes
Dios conoció y fueron enseñados por el Padre. El perdón es para los
predestinados y elegidos por gracia, para los hijos de la promesa,
para la simiente de Dios, para los vasos de misericordia, para el vaso
de barro que fue hecho para tener el tesoro en su interior. El perdón
es para los que son nacidos del Espíritu Santo. A todos éstos se les
remitió el pecado cuando Jesucristo fue clavado en la cruz del
Calvario y murió para que el Nuevo Pacto entrara en vigencia. Ahora,
por el conocimiento a través de la predicación, se activan los hijos
de Dios para que puedan tener tranquilas sus conciencias para siempre,
para que puedan gozarse de una salvación tan grande y para que sepan
que todos sus pecados pasados, presentes y futuros ya han sido
perdonados, puestos a las espaldas de Dios y olvidados por El por toda
la eternidad.
Abba,
Padre.
|
|