Concilio Internacional Jesucristo Soberano

1. Por el primero 2. Desde entonces hasta la cruz 3. Ley, pecado y carne 4. Ley y pecado 5. El postrer Adam, segundo hombre, el otro Hijo

 

Por Dos Hijos de Dios

Capítulo IV

Ley y pecado

Cuando Adam fue creado por Dios según Génesis 2:7, utilizó polvo de la tierra, y así fue compuesto el cuerpo del primer Adam.

Del soplo de vida que salió del Señor Todopoderoso Dios, el cuerpo recién hecho comenzó a participar de la vida que había en el soplo que salió de Jehová. Ahí comenzó a existir la naturaleza divina en Adam.

Cuando Adam y Eva pecaron quedaron desnudos. La Escritura dice que fueron hechos del polvo de la tierra, no dice cual fue su vestidura, pero fue una vestidura que desapareció en el momento que Adam comió. Eva no había perdido su vestido divino porque si Adam la ve desnuda de la naturaleza divina, no come de lo prohibido.

“ luz y blancura fueron sus vestidos” Mateo 17:1-4

Así fue con Adam y Eva, ellos fueron vestidos de la divinidad corporalmente, sobre el cuerpo hecho de barro se proyectó la luz como vestido, vestido que despareció cuando ambos pecaron.

Por el pecado el cuerpo hecho del polvo de la tierra, quedó desnudo de la divinidad y ahora la carne caída estaba expuesta a: pecar, sufrir dolor, enfermedad y finalmente la muerte. Esto es lo que Pablo dice como ya hemos dicho: “ley de pecado y de muerte en nuestros miembros.” Romanos 7:

“Cualquiera que hace pecado, traspasa también la ley; pues el pecado es trasgresión de la ley.” 1 Juan 3:4

“...todo lo que no es de fe, es pecado.” Romanos 14:23

“El pecado, pues, está en aquel que sabe hacer lo bueno, y no lo hace.” Santiago 4:17

“La ley entró para que el pecado creciese.” Roman os 5:20

“...yo no conocí el pecado sino por la ley...”Romanos 7:7

“...la ley fue puesta por causa de las rebeliones.” Gálatas 3:19

“...la ley escrita en piedra obra: muerte y condenación...” 2 Cor. 3:6-9

“...la ley obra ira...” Romanos 4:15

“...de manera que la ley nuestro ayo fue para llevarnos a Cristo, para que fuésemos justificados por la fe.” Mas venida la fe ya no estamos bajo ayo.” Gálatas 3:24,25