FELICES LOS QUE ESTÁN INSTITUIDOS EN JUSTICIA Capítulo III Felices los de espíritu humillado Felices los que lloran Felices los mansos Felices los que tienen hambre y sed de justicia Felices los misericordiosos Felices los de limpio corazón Felices los pacificadores Felices los que padecen persecución Felices cuando sois vituperados y perseguidos Somos la sal de la tierra Somos la luz del mundo No matarás No te enojes locamente con tu hermano Reconciliarse No codiciar lo ajeno No resistir al mal; antes a cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra Al que te pide, dale Ama a tu enemigo Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. (Mateo 5:1-48) La felicidad se encuentra en poner por obra las que ya han sido preparadas para que andemos en ellas, así es, no hay otra alternativa. Ni la abundancia de dinero, de fama, de conocimiento humano, ni siquiera de poderes políticos, dan la felicidad del cielo, solamente los que ponen por obra las que son de Dios. |
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