Estimado lector, este estudio tiene como propósito concientizar
tu mente en el conocimiento de la gran verdad de la salvación
alcanzada por el Hijo de Dios, Jesucristo,
por el amor del Padre Dios y por la gracia del Espíritu Santo.
La inseguridad, el temor y el desconocimiento en que vive la
Iglesia de Dios en la tierra, es terrible, no podemos utilizar
otra palabra más certera que la palabra “terrible.” Se
nos ha doctrinado, dogmatizado, conducido por el camino oscuro
de la ignorancia en cuanto a la obra realizada por Jesucristo
durante su vida ministerial, su pasión, su muerte en la cruz del
calvario y los beneficios de su gloriosa resurrección.
Cuando estudiamos de Jesús el hijo de la virgen María, por la
obra directa y sublime del Espíritu Santo, estamos sobre tierra
santa, muy sagrada y Dios nos ayudará a ser consecuentes y muy
cuidadosos.
En Juan 3:16, Dios nos ama tanto que envió dándonos a Jesús su
Hijo, para que todo aquel que en el cree, tenga vida eterna y no
se pierda.
Jesucristo es Dios encarnado, el Eterno ha sido manifestado en
carne, visto de los ángeles, pues como Dios en Espíritu era
invisible a los seres creados para servir a los herederos de
salvación, se manifiesta también a los que vino a buscar y
salvar. Lee Hebreos 1:1-14, 1 Timoteo 3:16 y San Lucas 19:10
San Pablo nos dice en Romanos 9:5 que “Jesucristo es Dios sobre
todo.”
San Juan nos dice en lra de Juan 5:20 “Jesucristo es el
verdadero Dios.”
San Mateo nos dice en su Evangelio 1:18-22 que Jesús es Dios
entre nosotros. (Emmanuel)
San Tomás le dijo a Jesús resucitado: Señor mío y Dios mío. Juan
20:28
El profeta Isaías 9:6 lo llama: niño nacido, hijo nos es
dado, Admirable, Concejero, Dios fuerte, Príncipe de paz, Padre
Eterno.
Jesucristo dice de él mismo que es: El pan de vida, el agua de
vida, la luz del mundo, la puerta, el camino, la vida y el buen
Pastor. También Jesucristo enfatiza que el Padre y El eran uno.
El que lo vio, vio al Padre. Todo esto es sublime y misterioso.
Solamente por revelación divina se podrían vislumbrar algunos
destellos de la Divinidad.
Jesucristo tenía un cuerpo de carne real y su venas y arterias
estaban llenas de la sangre puestas por su Padre Dios, dice
“Moisés que la vida está en la sangre.”
Adam el primer hombre que pisó la tierra, fue creado de ella
misma y esto fue obra de Dios. Adam y Eva, carne y huesos y por
sus venas corría también la sabia de la vida: la sangre.
Cuando nuestros primeros padres pecaron y fueron expulsados del
Edén, ya no podían comer nunca más el árbol de la vida mientras
estuvieran poseyendo un cuerpo carnal, caido y destituido de la
gloria de Dios, como antes tenían.
El pecado y la muerte fue traspasado a su descendencia. Cuando
la virgen María fue escogida por Dios para que fuera la madre de
Jesús, La sangre que correría por el cuerpo del niño Dios, sería
la que puso el mismo Padre Eterno. María no trasmitió de su
sangre al engendrado por el Padre, pues el que produce la sangre
de los engendrados en mujer es únicamente el padre. Esto es de
Dios y bien realizado sin que el niño tuviera contaminación ni
tendencias al mal como todos los que heredamos de Adam y Eva al
ellos pecar.
San Pablo nos dice refiriéndose a Jesucristo en Hebreos 7:26
:Porque tal pontífice nos convenía: Santo, inocente, limpio,
apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos.”
“Apartado de los pecadores” esto quiere decir que El era sin
pecado, no tenía sangre contaminada heredada de un padre carnal.
Isaías dice 53:12 “derranó su vida hasta la muerte” vida=sangre
1 Pedro 1:19 Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un
cordero sin mancha y sin contaminación.
Las Escrituras son claras y transparentes. Todo el texto y el
contexto se eslabonan simultáneamente con exactitud y belleza.
Cuál fue el efecto de esa preciosa sangre cuando fue derramada a
nuestro favor?
1.-Derramada para limpiarnos de todo pecado. 1 Juan 1:7, Hechos
20:28 “Jesucristo ganó a su Iglesia por su sangre.”
2.-Limpió nuestras conciencia de las obras de muerte. Hebreos
9:12-14
Adam y Eva vivieron en el tiempo de inocencia, esto fue durante
el espacio desde su creación hasta el día que comieron lo
prohibido. Después de la desobediencia entraron en el estado de
conocimiento del pecado, con una conciencia activada para
conocer el bien y el mal, con-ciencia, con conocimiento pleno
del mal que estaba en ellos.
Cuando la sangre de Jesucristo limpió nuestras conciencias de
obras de muerte, ahora nuestras conciencias están en el
conocimiento que no aplica para participar de la culpa y la
condenación. Estamos libres para poder participar de la
presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas y con plena
libertad entrar al santuario celestial por la sangre y el cuerpo
de Cristo, purificados los corazones de mala conciencia, y
lavados los cuerpos con agua limpia.” Hebreos 9:12-14
y 10:19-23
Todo aquel que fue limpiado con la sangre del Dios bueno y
misericordioso, vive en fe y por fe. Todo lo que sucedió en el
Monte Calvario aun no estando nosotros frente al sacrificio,
cientos de años después, lo aceptamos por fe, creyendo lo
provisto por Dios a nuestro favor.
La fe que obra por amor, la fe dada una vez a los santos, la fe
como don de Dios, la fe en sus medidas o niveles, la fe como
misterio escondido.
Es muy importante que atendamos con mucho interés a esta face
final del estudio, pues la conciencia limpia por la sangre del
Cordero de Dios, sobrevive y se mantiene con la fe que es un
título de propiedad que poseemos, que ya nos pertenece y que
debemos guardar cuidadosamente en el cofre de nuestro corazón.
La creación de la fe tiene su autor y consumador Hebreos 12:2 es
JESÚS
La definición de la fe Hebreos 11:1-6
“La sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de
las cosas que no se ven.” Vs. 6 Sin embargo sin fe es imposible
agradar a Dios; porque es necesario que el que a Dios se allega,
crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Es como un título de propiedad, la propiedad es tuya y cuentas
con una prueba escrita de que te pertenece. Espera por la
esperanza y por la promesa de Dios. Lo que ahora no se ve por
estar en el mundo espiritual, será manifestado por el mundo
visible de Dios al hacerlo todo nuevo y tangible en su reino de
justicia, paz y vida.
1 Cor. 13:12 “Ahora vemos por espejo, en oscuridad; mas
entonces veremos cara a cara: ahora conozco en parte; mas
entonces conoceré como soy conocido.
La fe es un don de Dios que El la reparte a cada uno como quiere
Romanos 12:3
“Medida de fe que Dios repartió a
cada uno.”
Romanos 10:17 “Luego la fe es por el oír: y el oír por la
palabra de Dios.”
La fe es un misterio 1 Timonteo 3:9 Que tengan el misterio de la
fe con limpia conciencia.”
2 Timoteo 1:3 …sirvo con limpia conciencia.”
El misterio del evangelio revelado a San Pablo Efesios 3:1-9,
Colosenses 1:26-28, Gálatas 1:11-16 y 2 Cor. 4:3
El evangelio es el misterio Escondido y seguirá escondido para
los que no son hijos de Dios, es para los elegidos por gracia,
los predestinados a llegar volver a ser conforme a la imagen del
Hijo de Dios, Jesucristo hombre.
La fe y la conciencia van ligados entre sí, pues se tiene limpia
conciencia por el conocimiento de la palabra de Dios y la fe que
se nos repartió. Una limpia conciencia por la sangre vertida en
la cruz del Calvario, es posible disfrutarla y ejercerla
creyendo lo que Dios proveyó, como la serpiente de bronce que se
levantó en el desierto cuando el veneno de la real serpiente del
área, había penetrado en la carne de un mordido, el que la
mirara no moriría definitivamente, sino que el veneno no
surtiría efecto, mas el que rehusara mirarla moría de seguro.
La fe no es de la carne sino del espíritu. 2 Cor. 5:7 dice San
Pablo “porque por fe andamos no por vista.
De igual manera la limpieza que hizo la sangre de Jesucristo en
nuestra vidas, sólo tendrá
efecto por medio de la fe que ya tenemos como don aunque sea un
misterio que no se comprende con mente carnal sino con la
doctrina del Espíritu Santo 1 Cor. 2:12-16
Nuestra carne es un vaso, un depósito y habitación, mientras
vive la carne mora nuestro espíritu nuevo en su recinto. Somos
divinos e humanos. Nuestra naturaleza interna es sobrenatural,
hija de Dios y con todos los poderes otorgados por Jesucristo al
recrearnos en su resurrección. Efesios 1:16-20 y 2:1-6
Se nos advierte a que velemos, el espíritu está presto pero la
carne está enferma. Pablo nos dice que velemos con cautela, que
sujetemos la carne, no le hagamos caso y la mortifiquemos. “La
carne está viciada con los deseos de engaño.” Efesios 4:22 Pedro
dice: “El agua del bautismo no limpia la inmundicia de la
carne.”
Siendo que la fe y la limpia conciencia van enlazadas entre sí e
inseparables, el dejar de ejercer la fe pisotea la sangre.
Miremos esta advertencia de Pablo Hebreos 10:26-31 “no tener por
inmunda la sangre del testamento y y
hacer afrenta al Espíritu de gracia y no hollando al Hijo de
Dios. “Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo.’
Está escrita una experiencia narrada por San Pablo para probar
que se puede caer de la gracia y sufrir en vano como también
escribe a los Gálatas.
“Este
mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que, conforme a las
profecías pasadas de ti, milites por ellas buena milicia;
manteniendo la fe y buena conciencia, la cual echando de sí
algunos, hicieron naufragio en la fe: de los cuales son Himeneo
y Alejandro, los cuales entregué a Satanás, para que aprendan a
no blasfemar.”
Todo ha sido hecho completo a nuestro favor. No se puede quitar
ni añadir a la obra de Dios. El saber es mejor que el ignorar.
Disfrutar de la gracia del Espíritu Santo es el
Tesoro más grande
encontrado en el Universo.
Dejar el camino es ir por veredas llenas de espinas. Caer en
manos de Dios es mejor que caer en manos de impíos en tinieblas.
Dios Padre corrige con cuerdas de amor. Vivir en el Espíritu
requiere andar también en el Espíritu. Sean muy bendecidos.