CONCILIO INTERNACIONAL JESUCRISTO SOBERANO

1. Dos posiciones teológicas 2. Tres casos a considerar3. La experiencia de Pablo 4. El anhelo de Pablo 5. El Apóstol Pedro y el tabernáculo 6. Finalmente consideremos estas declaraciones de Pablo

 

Capítulo IV

 

El anhelo de Pablo

 

Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo, que entre tanto que estamos en el cuerpo, peregrinamos ausentes del Señor; (Porque por fe andamos, no por vista;) Mas confiamos, y más quisiéramos partir del cuerpo, y estar presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes, o presentes, serle agradable. (2Cor. 5:6-9)

Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Mas si el vivir en la carne, esto me será para fruto de la obra, no sé entonces qué escoger; porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de ser desatado y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor; empero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado de esto, sé que quedaré, que aun permaneceré con todos vosotros, para provecho vuestro y gozo de la fe. Para que crezca vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi venida otra vez a vosotros.
(Filipenses 1:21-26)

“Mientras estamos en el cuerpo” “El morir es ganancia” “Desatado y estar con Cristo” “Aun permaneceré” “Partir del cuerpo” “Vivir en la carne”

Pablo da a entender que estaba atado a la carne o cuerpo y esto era vivir en la carne. Al morir ganaba porque partía del cuerpo. ¿A dónde iría una vez muerto el cuerpo? ¿Al sepulcro? ¿O a la presencia de Jesucristo?
Naturalmente el contexto dice: “ser desatado y estar con Cristo.”
El permanecer de Pablo era para beneficio de la Amada Iglesia de Jesucristo. Al no permanecer significaba que había partido a la presencia del Señor Jesucristo.

Volviendo de nuevo a 2 Cor. 5:1-9 Porque sabemos, que si la casa terrestre de nuestra habitación se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos.
Y por esto también gemimos, deseando ser sobrevestidos de aquella nuestra habitación celestial.
Puesto que en verdad habremos sido hallados vestidos, y no desnudos.
Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo, gemimos agravados; porque no quisiéramos ser desnudados, sino sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
Pero el que nos hizo para esto mismo, es Dios; el cual nos ha dado la prenda del Espíritu.
“...sabiendo, que entre tanto que estamos en el cuerpo, peregrinamos ausentes del Señor....Mas confiamos, y más quisiéramos partir del cuerpo, y estar presentes al Señor.”

Lo que en verdad está diciendo Pablo, es que una vez que el cuerpo o tabernáculo fallece, lo espiritual no queda desnudo sino que está cubierto con la vestidura de Jesucristo. Leemos en Gálatas 3:27 “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis vestidos.”
Esa es nuestra habitación celestial: Jesucristo. Pablo nos aclara un poco más según escribe a los Colosenses en el capítulo 3:1-3 “Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios.”

Porque yo ya estoy para ser ofrecido, y el tiempo de mi partida está cercano. (2 Timoteo 4:6)


Que tremendo, Pablo sabía que su partida estaba cercana. Es muy probable que Jesucristo le hizo saber que su ida de nuevo al tercer cielo, para allí permanecer hasta la segunda venida de Jesucristo, estaba muy cerca. Lo dijo con seguridad: “el tiempo de mi partida está cercano.”