Tres casos a considerar
Jesucristo dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho
esto, espiró.” (Lucas 23:46)
Esteban invocó diciendo: “Señor Jesús, recibe mi espíritu.” (Hechos 7:59)
La hija de Jairo. “Mas él, tomándola de la mano, clamó, diciendo: Muchacha,
levántate. Entonces su espíritu volvió, y se levantó luego: y él mandó que le
diesen de comer.” (Lucas 8:54-56)
En estos tres casos específicos, podemos ver que no fue el aliento de vida lo
que salió del cuerpo inerte sino el espíritu que pertenecía a la persona
fallecida. En el caso de la resucitada, su espíritu volvió.
Creo que es necesario prestar atención a esta verdad bíblica donde en más de
una ocasión se menciona que del cuerpo al morir sale el espíritu.
El apóstol Pablo en varias de sus epístolas desea que nuestro espíritu tenga
la gracia de Dios. “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro
espíritu. Amén. (Filemón 25)
El Señor Jesucristo, sea con tu espíritu. La gracia sea con vosotros Amén.
(2 Timoteo 4:22)
En estos dos versículos no dice que la gracia sea con tu aliento de vida sino
con tu espíritu y esto está bien claro.
Jesucristo dijo a Nicodemo: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que
es nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6)
Los engendrados por Dios no son los que se engendran en la carne sino los que
se engendran por el Espíritu Santo. (Juan 1:12,13)
El testimonio del Espíritu Santo es con el espíritu de adopción que recibimos.
“Porque el mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de
Dios.” (Romanos 8:14-16)
El Espíritu Santo no da testimonio al aliento de vida, sino al espíritu nuevo
que nos dio en la adopción por Jesucristo
El espíritu que recibimos al ser resucitados por haber estado muertos en
delitos y pecados según dice Efesios 2:1-5, es la imagen del celestial.
Estudiemos lo que Pablo escribe a los Corintios en la primera epístola en el
capítulo 15:45-49 “Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre
Adam en ánima viviente; el postrer Adam en espíritu vivificante. Mas lo
espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer
hombre, es de la tierra, terreno; el segundo hombre que es el Señor, es del
cielo. Cual el terreno, tales también los terrenos; y cual el celestial, tales
también los celestiales. Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos
también la imagen del celestial.”
Notemos primero: Hemos heredado del primer Adam la naturaleza caída
terrenal junto con la muerte espiritual que también heredamos por causa del su
pecado.
Segundo: Dios al resucitar lo que en nosotros espiritualmente hablando
estaba muerto, comenzamos a participar de la imagen espiritual-celestial que
el Espíritu Santo nos dió al nacer de nuevo, esto es lo que Pablo llama:
“Espíritu de adopción.” Es la glorificación ya obtenida por ser de los
predestinados, llamados, justificados y glorificados. (Romanos 8:29,30)
La imagen completa del espiritual-cuerpo no será hasta que llegue el día de la
redención del cuerpo en la segunda adopción. (Romanos 8:23)
Leemos en Filipenses 3:20,21 Mas nuestra vivienda es en los cielos; de
donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará
el cuerpo de nuestra bajeza, para ser semejante al cuerpo de su gloria, por la
operación con la cual puede también sujetar a sí todas las cosas.
En el momento de la transformación cuando Jesucristo regrese a buscarnos,
entonces se completa la imagen del celestial, resultando en espiritual cuerpo.
Abba, Padre
Recordemos: “Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la
buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”(Filipenses 1:6)
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria
en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19)
Si Dios comenzó en nosotros los predestinados, la obra en la nueva criatura
que es el hombre interior, por que dudar que al final de la trompeta, cuando
con voz de mando llama a los que durmieron en Cristo, nos otorgue a todos sus
hijos la imagen completa del espiritual cuerpo, la imagen completa del Hijo de
Dios. Créelo pues eres un bendecido desde antes de la fundación del mundo.
(Efesios 1:3)
Ya lo espiritual existe y existe con vida eterna, vida que Dios la mide con su
vida propia.
Al espiritual nadie juzga, condena, destruye y hace desaparecer. La adopción
que Pablo menciona es permanente y eterna, no puede ser revocada pues es don
de Dios. Romanos 10:29 “Porque irrevocables son los dones y el llamado
de Dios.” Abba, Padre.