Concilio Internacional Jesucristo Soberano

 

Estudios

Teología del Ejemplo (Parte 1)

Pr. Héctor Vidales

 

Hay una fuerte corriente que intenta crear conciencia sobre salvación, conversión, vida cristiana por el ejemplo. Este ejemplo es apuntado hacia una persona en particular, un personaje Bíblico o en la misma persona de Jesús.

Puede aparentar una posición muy atinada o religiosa, pero no ser atinada bajo el fino ojo de la Biblia o de la voluntad de Dios. El hombre fue creado de la tierra o con los elementos de la tierra y no con la sustancia misma de Dios. El hombre fue despojado de la naturaleza inicial debido a la consecuencia del pecado. Dios mismo se refirió al ser humano como hecho de carne, o mortal, o dice que el corazón del hombre es malo desde su juventud, en muy temprana era, ver Génesis 6.3. Gen. 8.21

También podemos referirnos al testimonio de Pablo, al decir que no hay justo ni aun uno. Rom. 3.10.      “Todos se han descarriado, a una se han corrompido.  No hay nadie que haga lo bueno;  ¡no hay uno solo” Rom. 3.12 y cita a Ecl.7.20  Y Sal. 14. 1-3

Juan nos dice 1 Juan 1.10 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.  Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros.

No hay indicios que el hombre pueda ser modelo o sujeto a poder copiar positivamente algún patrón, ya que estos testimonios nos hablan de la imposibilidad de cambiar. La naturaleza del hombre es corrupta.

Si el hombre intentara hacer un cambio o tomar algún merito por el ejemplo, estaría siempre en una situación desventajosa. 1.- O el modelo es inapropiado e imperfecto, o 2.- No hay terreno fértil para imprimir lo bueno por nuestra decisión, es decir la herramienta o el pantógrafo para hacer la copia, no es ni en un mínimo adecuado para esa labor.

Debido a esto, Dios proveyó la solución.

Envió a Cristo el Logos, a salvar por redención al mundo. Nos deja  claro que no lo envió con el fin de ser ejemplo, sino de cumplir. Analicemos con detenimiento el texto del Apóstol Pablo en Romanos 5.6-21:

Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento preciso y murió por nosotros, pecadores. 7 Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena; 8 pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. 9 Entonces, como se nos declaró justos a los ojos de Dios por la sangre de Cristo, con toda seguridad él nos salvará de la condenación de Dios. 10 Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo. 11 Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios.

Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron. 13 Es cierto, la gente ya pecaba aun antes de que se entregara la ley; pero no se le tomaba en cuenta como pecado, porque todavía no existía ninguna ley para violar. 14 Sin embargo, desde los tiempos de Adán hasta los de Moisés, todos murieron, incluso los que no desobedecieron un mandamiento explícito de Dios como lo hizo Adán. Ahora bien, Adán es un símbolo, una representación de Cristo, quien aún tenía que venir; 15 pero hay una gran diferencia entre el pecado de Adán y el regalo del favor inmerecido de Dios. Pues el pecado de un solo hombre, Adán, trajo muerte a muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su perdón para muchos por medio de otro hombre, Jesucristo; 16 y el resultado del regalo del favor inmerecido de Dios es muy diferente de la consecuencia del pecado de ese primer hombre. Pues el pecado de Adán llevó a la condenación, pero el regalo de Dios nos lleva a ser declarados justos a los ojos de Dios, a pesar de que somos culpables de muchos pecados. 17 Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo.

18 Así es, un solo pecado de Adán trae condenación para todos, pero un solo acto de justicia de Cristo trae una relación correcta con Dios y vida nueva para todos. 19 Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos.

20 La ley de Dios fue entregada para que toda la gente se diera cuenta de la magnitud de su pecado, pero mientras más pecaba la gente, más abundaba la gracia maravillosa de Dios. 21 Entonces, así como el pecado reinó sobre todos y los llevó a la muerte, ahora reina en cambio la gracia maravillosa de Dios, la cual nos pone en la relación correcta con él y nos da como resultado la vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor. (La negrita y los subrayados son míos). NVI

Intenta estudiar todo el pasaje, he puesto la negrita (bold) y los subrayados (underline) para que sirvan de guía. Preferiría que tu mismo llegaras a una conclusión, al mismo tiempo que lo hago para no extenderme mucho.

La Biblia si habla de un ejemplo y lo dice en relación con tomar ejemplo de su humildad y amor desinteresado. Ver Juan 13. 12-17. Aquí es un suceso muy específico en el lavamiento. Un ejemplo real de  una misión. Rom. 15.5 El apóstol hace referencia a ejemplo en armonía aunque de acuerdo al contexto esta diciendo  “de acuerdo a la enseñanza”. En 1Pedro 2.21, hay una mención de Pedro en el ejemplo de amor abnegado, aunque si seguimos leyendo hasta el v. 25, nos deja en claro, quien era El y quienes somos nosotros. Al decir “por su herida fuimos sanados” deja asentado que ejemplo es un vislumbre muy parcial del recurso humano.

En la segunda parte abordaré los orígenes de esta falsa teología del ejemplo, algunas aportaciones de otros ángulos y las consecuencias nefastas que han traído estas prácticas a la Iglesia, la familia y a los creyentes en general.

Bendecidos.

 

 

Por Pr. Hector Vidales

Puedes enviar tus comentarios a hvidales@msn.com

Egresado del Seminario Teológico de la Universidad de Montemorelos

Miembro del Concilio Internacional  Jesucristo Soberano

760-842-7130