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CONSTANTINO DE SAMOSATA (Siglo VII) Fundador del movimiento evangélico pauliciano. En el año 660, vivía cerca de la ciudad de Samosata un cristiano llamado Constantino, el cual habiendo hospedado a un diácono que volvía de su cautividad en Siria, recibió un regalo de gran valor, sobre todo en aquellos tiempos por la escasez que de él había. Era un Nuevo Testamento. Este libro vino a ser su maestro y su regla de conducta cristiana. Constantino se enamoró especialmente de los escritos y carácter de Pablo. Por tal motivo, cambió su propio nombre por el de Pablo y dio el de Tito, Timoteo, Epafrodito, Silvano, Lucas, etc., a sus colaboradores, con los cuales formó una activa sociedad misionera evangélica. Después de 27 años de tolerancia y constante desarrollo de su labor evangélica. Constantino de Samosata cayó víctima de la persecución. Un sacerdote griego, llamado Simeón, apareció investido de poder legal para matar al gran reformador evangélico del siglo VII y restaurar al redil católico las ovejas "extraviadas." Para colmo de crueldad, quiso que el pastor fuese ejecutado por sus propios fieles pero éstos le devolvieron la espada con dignidad prefiriendo sufrir cualquier castigo antes que cometer tan abominable crimen. Sólo un traidor pudo ser hallado, el cual llevaba por irónica paradoja el nombre de Justo. Este, temeroso por las amenazas de los enviados reales, asesinó a su pastor y denunció a otros paulicianos no conocidos por los perseguidores.
El punto culminante de las persecuciones sufridas por los paulicianos tuvo lugar durante el reinado de la emperatriz Teodora, partidaria del culto de las imágenes. Se dice que durante su corto reinado, no menos de cien mil paulicianos fueron exterminados por la espada y la hoguera. Sus perseguidores se jactaban de decir que habían matado este número en nueve años y que además de los que murieron, muchos fueron dispersados a otros países adonde llevaron sus doctrinas. (ibid página 492).
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