Concilio Internacional Jesucristo Soberano

 

Seminario:

La verdad del evangelio II


 

REINANDO SIN GIGANTES

Por. Reynaldo Estrada

1. Leemos en 1 Samuel 17:51 "Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron.

2. Un rey de Dios no puede llevar gigantes por dentro. Hay problemas que parecen gigantes. Hay personas que parecen gigantes. Y hay circunstancias que parecen gigantes, que nos desafían, y nos atemorizan la vida día a día.

3. Los gigantes de no hay ya no llevan escudos, lanzas ni jabalinas, pero están metidos dentro del corazón del hombre para amedrentarlo y ponerlo bajo esclavitud.

4. Un gigante puede ser una tentación o una atracción; puede ser un miedo o un vicio; puede ser algo mental o algo sentimental; puede ser una amargura o una confusión.

5. Hay gigantes que toman la forma de una crisis familiar, de un mal hábito, de una deuda, de una enfermedad crónica, de una relación inapropiada, de una lucha interior o de un conflicto exterior.

6. Es una fantasía pensar que existe debajo del sol una vida sin problemas o adversidades. Las luchas propias del ser humano son señales de que estamos vivos. El éxito para uno elevarse por encima de estas vicisitudes no radica en negar que hay una crisis, sino en reconocerlas, afrontarlas, confrontarlas y resolverlas.

7. De David aprendemos algunos principios básicos para reinar sin gigantes en nuestras vidas.

8. Principio número uno: No te dejes impresionar por lo que ves. El gigante que vio David en el valle de Ela media casi 3 metros de altura. La coraza pesaba 55 kilos. La punta de su lanza pesaba 7 kilos y tenía el poder de atravesar el cuerpo de un búfalo.

9. Goliat estaba armado con espada, lanza y jabalina. Este gigante era el "Rambo" de los Filisteos y estaba totalmente blindado. Su armadura completa pesaba 70 kilos. Parecía invencible, indestructible, imposible de superar.

10. La voz del gigante desafió a todo el ejército del rey Saúl. ¿Cuál era su intención? Amedrentar, paralizar a su oponente. Esta es la misma intención de tus problemas, dejarte paralizado, de hombros caídos, y sin ánimos para nada.

11. No importa el gigante que tengas por delante o lleves por dentro, el asunto no es del gigante sino la clase de oponente que tenga ese gigante.

¿Qué clase de oponente fue David? Fue un oponente que no se dejó impresionar por lo que vio ni oyó. David no se concentró en lo imposible, sino en la posibilidad de vencer en el nombre de Jehová y lo venció. Así son los reyes de Dios ¡vencedores!.

12. Talvez el escenario que hay en tu casa es un "problema imposible de solucionar". Quizás ese Goliat interior es un "reto difícil de superar", pero no te debes olvidarte de dos cosas: Que tú eres un rey de Dios, y que no debes dejarte impresionar por lo que ves ni oyes. Cuando te olvidas de tu identidad, pierdes todo.

13. Para tu reinado no hay etiquetas con la palabra "imposible" de vencer. Si quieres vencer a tu gigante, tienes que pasar al segundo principio: No te dejes influenciar negativamente por los escenarios del temor ni del pavor que cunde a tu alrededor.

14. ¿Cuál era el escenario que había en Israel cuando David llegó con el almuerzo para sus hermanos? Era de caos, miedo e imposibilidad. Este era un escenario colectivo. Pero a ese escenario entró un rey de Dios llamado David.

15. ¿Qué hizo David? El no se puso a llorar, él se puso a planificar la victoria contra el gigante Goliat. El se propuso reinar sin gigantes. A David no lo influyó los gritos desafiantes de Goliat, ni los comentarios negativos de los soldados de Saúl. David se dejó influenciar de la convicción en Jehová que poseía cuando entró al campo de batalla.

16. ¿Sabes cuál ha sido tu siempre problema? Que te has dejado arrastrar por los escenarios colectivos, por el que dirán, cómo me verán. Lo colectivo presiona y angustia, pero tu segundo principio para reinar sin gigantes es "no te dejes influenciar" negativamente de nada ni de nadie.

17. Si quieres reinar sin gigantes debes practicar el tercer principio: No te dejes achantar por los sentimientos de inferioridad ni de indignidad. ¿Qué hicieron los hermanos mayores de David cuando oyeron que dijo: Yo iré y venceré a este filisteo incircunciso? Lo menospreciaron por su edad o por su "inexperiencia" militar (1 Samuel 17:12-14;26-30).

18. Es más aun el rey Saúl lo tuvo en poco (1 Samuel 17:32-33) y para acabar de ajustar, oyó el menospreció del gigante Goliat en el valle (1 Samuel 17: 42). Pero aquí es donde entra el reinado. Aquí es donde uno tiene que decidir que va a hacer.

19. Cuando uno sabe que la función de un rey es dominar, no se deja achantar por nada ni nadie. Rey es tu posición ante la vida. Tú eres rey de Dios en esta generación. Tú eres el rey de este día y de este minuto. Los reyes de Dios no pierden su dignidad. No son poca monta. No son los buenos para nada. Entonces, no te dejes achantar por sentimientos de inferioridad ni de indignidad.

20. Entonces, resumamos hasta ahora, estos primeros principios para reinar sin gigantes: No te dejes impresionar, no te dejes influenciar y no te dejes achantar, porque si tú te dejas "impresionar, influenciar y achantar" no reinas, no heredas el reino, lo pierdes, y ya no eres rey sino un derrotado.

21. Si quieres reinar sin gigantes: No te dejes intimidar por las ofensas, chismes, acusaciones ni palabrerías que lancen contra ti aquellos que no quieren verte en victoria. ¿Qué estaba haciendo Goliat en el valle? Injuriando, maldiciendo y difamando (1 Samuel 17: 43-44).

22. ¿A quién estaba afectando toda esta malsana palabrería? A todo el ejército de Saúl, menos a David. ¿A quién puso a llorar y a gritar de desesperación a toda la congregación de Israel en la frontera de Canaán? Los diez espías, menos a Josué y a Caleb. Ni David, ni Josué ni Caleb se dejaron intimidar. Ellos estaban reinando sin gigantes.

23. Cuando tú como agredido aceptas las difamaciones de tu agresor, ya estas perdiendo tu reinado en vida y libertad. Tú victoria sólo depende de la actitud que asumas ante esa palabrería dañina de los demás. Si algo tienes que cambiar, cámbialo, pero si algo te va a dañar, ignóralo. Los reyes de Dios aprender a filtrar lo que oyen, siente, ven y perciben. Tú tienes que ser dueño de ti mismo.

24. Si quieres reinar sin gigantes: No los enfrentes con "rudimentos ni métodos ni formas". Tus gigantes ulteriores no caen con el tumbadito, (¿Qué es lo que se cae al suelo en las campañas de los actuales evanelistas? Se cae el cuerpo no el gigante. Al piso se van esos 80 kilos de la hermanita, pero ella se levanta con el mismo gigante interno. Nada le cambio el tumbadito ni con imposición de manos). Entonces, los gigantes no salen con esas formas, ni aun con ayunos (aguantaderas de hambre), ni con vigilias (o trasnochos de ojos), ni con aceite ni agüita ni perfumito ni vociferación ni reprensión. Con esta formas no se vencen a los gigantes de tu vida.

25. Las iglesias están llenas de rudimentos, por eso, no madurar, porque bajo esos rudimentos los mantienen sus "comerciantes de la fe" que negocian con el dolor ajeno: Pacte con Dios y él le dará casa, carro y beca... Ofrende y Dios lo sanará…Pase al altar que Dios se va a mover... Con Dios no hay que negociar nada, porque la fe ya está consumada. Todo lo que ha de ser, fue ya.

26. ¿Qué uso David para derrotar al gigante? Usó un cayado, cinco piedras lisas que sacó del arroyo, una mochila y una honda de cuero. David usó lo que tenía en su campo natural. El sabía matar leones y osos con esos elementos (1 Samuel 17: 34-37).

27. ¡Cuídate! De los propagadores de milagros, profecías y sanaciones. Tú tienes la llave de la fe consumada. Tienes el poder de la oración declarada. Usa también tu sentido común, y soluciona el asunto con fe accionada.

28. Si quieres reinar sin gigantes: Actúa y no postergues más la victoria. ¿En dónde está la victoria de un asunto? Está dentro del asunto y no fuera del asunto. Por ejemplo: ¿En dónde obtuvo Daniel la victoria sobre los leones, dentro del foso o fuera del foso? ¿En dónde venció Jesús al pecado y a la muerte, en la cruz o fuera de la cruz? ¿En dónde estuvo la victoria de David, dentro del valle o lejos del valle?

29. Entonces, tu lugar está dentro del valle no lejos del valle. 1 Samuel 17:48 dice que David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. ¿Hacia dónde estaba corriendo David? Hacia el conflicto, él se arriesgó a morir en el conflicto. Para tú reinar sin gigantes, tienes que meterte en el terreno del gigante, como Daniel se metió en el mismo foso de los leones con leones y salió ileso.

30.  Enfrenta ese conflicto. Enfrenta a esa persona. Enfrenta a ese vicio. Enfrenta a ese gigante de lo que sea. Más temprano que tarde uno siempre se encontrará con el Goliat de su vida. Entonces, actúa y no postergues más la victoria.

31. David se metió dentro del conflicto y en el terreno del gigante, pero también se estaba metiendo en la victoria, porque él fue en el nombre de Jehová de los ejércitos. David no se metió sólo, se metió con Jehová, por eso fue que ganó la victoria. Dónde David se meta sólo, se lo traga vivo el gigante Goliat.

32. Amado: Hay muchos desafíos dentro del camino de tu vida, pero esos desafíos no son para derrota sino para victoria. Fíjate en esto, ¿Cómo un estudiante de secundaria es promovido al siguiente grado? Por medio de una regla básica "superar cada prueba, evaluación o examen que la cátedra le impone.

33. Bueno, la vida es la cátedra que nos impone las pruebas, que nos evalúa, y nos coloca frente al examen. Mira tus desafíos como exámenes, si los ganas en fe consumada, estarás reinando sin gigantes. 

34. ¿Qué va a pasar? Que lo que ayer fue una prueba, hoy es un trofeo. Observa que David reinó después de Saúl, ¿Por qué? Porque quitó de en medio al gigante Goliat. ¿En qué consiste tu reinado en vida? En que tu gran debilidad será tu más grande fortaleza, en que tu angustia será tu motivo de alegría.

35. ¿Cómo entró David en la ciudad de Jerusalén? Entró triunfante con la cabeza del gigante en la mano. Ves, lo insolucionable se convirtió en victoria. Una de dos: o el gigante te corta la cabeza o tú le cortas la cabeza al gigante, es cuestión de decisión. Reina sin gigantes.

 

Reynaldo Estrada. :: www.graciaypaz.com


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