Concilio Internacional Jesucristo Soberano


ES POR LA POSICIÓN O POR LA CONDICIÓN

 

Dios nos salvó por pura gracia y a esta gloria no se le pueda añadir ni quitar. Dios es Soberano y él nos amó primero. Jesús vino a buscar y salvar lo que se había perdido. La oveja perdida no podía encontrar a su Pastor, el Pastor vino a buscarla y salvarla y la encontró. Dios no puso condición al perdido para que pudiera salvarlo. La hechura de Dios somos las nuevas criaturas, por eso las cosas viejas pasaron e aquí todas son hechas nuevas, ahora somos hechura de Dios. 2 Cor. 5:17, 18 Una vez que entramos en la adopción espriritual, entonces el Espíritu Santo dice a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Romanos 8:15-17 y Gálatas 4:1-7

En Lucas 19:10 leemos: “Porque el Hijo del hombre (Jesucristo) vino a buscar y salvar lo que se había perdido”   “Vendra de Sión el Libertador , que quitará de Jacob la impiedad: Y este es mi pacto con ellos. Cuando quitaré sus pecados.”  Romanos 10:26 Salvar de los pecados que producen la muerte. Mateo 1:21 Jesucristo vino y según la Escritura,  salvó a su pueblo de la muerte eterna, pues la paga del pecado es la muerte; esta muerte es la separación eternal del Padre de las luces, ya no quedaría ninguna esperanza para el pobre pecador destituido de la gloria de Dios para siempre; pero vino de Sión el Libertador y ya hemos sido salvados.

En la cruz del Calvario se confirmó la decision de Jesús tomada en el Getsemaní al beber la dificil copa de nuestros pecados. A Jesús ahora le esperaba sufrir las consecuencias de llevar los pecados de sus hijos, a los que vino a buscar y salvar; para El estaba destinada la muerte eterna, sufrir la real separación de Aquel que lo engendró en el vientre de la vírgen María.

“Dios mío, Dios mío,  por qué me has abandonado?” Mateo 27:46 “exclamando con grande voz.”    En  Juan 17:21,22 Leemos “así como nosotros  somos uno ...” Aquel que durante los días de su carne se contaba como parte de la Divinidad y en este momento crucial de su vida, sufría la separación eterna de su Padre y Dios.

Jesús dijo “Dios es Espíritu” Juan 4:24 Pablo escribió: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” 2 Cor. 3:17 “…y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” 1 Cor`12:3

Estos tremendos versículos aclaran y muestran la gran verdad de que el Padre y el Hijo eran uno. El Padre Espíritu Santo y el Hijo creado por el Padre en el vientre de la vírgen María en el cual moraba el Padre Espíritu Santo.

Al ser Jesús clavado en la cruz del Calvario,  pronunció palabras que mostraban la presencia de Dios Padre en El y cuando el Espíritu Santo lo dejó solo al abandonarlo, dijo aclarando su soledad “Padre por qué me has abandonado?

Estas son las palabras de interseción

“Padre perdónalos que no saben lo que hacen.”

“Mujer he ahí tu hijo…dice al discípulo: He ahí tu madre, y desde aquella hora, el discípulo la recibió con sigo.” HHHijoHi   

“De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el Paraiso.”

“Consumado es, hecho es. Declarado inocente, tetelestai.”

Ahora sin Dios en su cuerpo: “Padre por qué me has desamparado? abandonado.”

Durante el espacio de soledad y vacío de Dios hasta su muerte su muerte, dice Pablo en Hebreos 5:7 “El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oido por su reverencial miedo.”

Jesús no podía ver más alla de la muerte que en ese momento estaba experimentando y rogó al Padre Espíritu Santo por seguridad de resurrección para vida eterna y fue oido, es por lo que al recibir esa seguridad dijo al Padre: En tus manos encomiendo mi espíritu y expiró. Jesús no murió después que dijo Consumado es, murió después que puso su futura resurrección en las manos del Padre, “en tus manos encomiendo mi espíritu, (“ahora me tienes otra vez contigo. Esto es lo que quiso decir Jesús cuando el Padre oyó su súplica,

Cuando Jesús murió la muerte eterna, nosotros sus hijos estuvimos en el mismo estado. La razón de la destitución de Jesús fue cuando Dios cargó sobre él el pecado de todos nosotros  Isaías 53:6,10 Dios lo quebrantó

Separación por el pecado  Isaias 59:1,2 Estábamos destituidos de la gloria de Dios por el pecado que Adam nos trasmitió,  Romanos 3:23

Jesucristo sufrió en el Getsemaní  Mateo 26:36-45 angustia, tristeza y

Marcos 14:34-41  temor, angustia y tristeza, así miraron al Señor y aun no estaba en la cruz

JESUS MURIO Y NOSOTROS JUNTO CON EL  2 Cor. 5:14-17 “Cuando Jesús murió la muerte eterna, nosotros también.”

Gálatas 2:20 En la cruz junto a él todos sus hijos muriendo la muerte eterna.

La siguiente declaración del Apóstol Pablo es contundente y no se puede contradecir. Si crees lo que está escristo, asegurarás tu confianza y certeza en la salvación tan grande dada por Jesucristo.

Romanos 6:5-11 Porque si fuimos plantados juntamente con él a semejanza de su muerte, así tambiém lo seremos a la de su resurrección. Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fue crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que es muerto, justificado es del pecado.

Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere: la muerte no se enseñoreará más de él. Porque el haber muerto, al pecado murió una vez; mas el vivir a Dios vive.

Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos a Dios en Cristo Jesús Señor nuestro.

Jesús murió la muerte eterna, sufrió la separación del Padre, fue quebrantado, Dios puso sobre él todo nuestro pecado.

Nosotros estábamos muertos en delitos y pecados y cuando Jesucristo sufrió la separación, nosotros también y en ese momento participamos de la muerte eterna. “Cuando Jesús murió yo también. Por las Escrituras  tenemos la consolación por la promesa de la resurreción y cuando Jesucristo resucitó, nosotros también, ahora somos del resucitado. Romanos 7:4,5

Estimados lectores, si Jesucristo padeció sufriendo en la cruz la muerte eternal,si a nosotros se nos cuenta junto a él la misma muerte, porque cuando él murió también nosotros morimos, Si Jesús resucitó con el poder del Espíritu Santo y el mismo poder nos resucitó a nosotros que estábamos muertos en delitos y pecados y además nos sentó junto con Jesucristo en los lugares celestiales. Efesios 1:16-20, 2:1-6  Entonces no hay manera que volvamos a padecer la muerte eternal, habiéndola padecido. Estamos vivos como Jesucristo, estamos escondidos en Cristo y Cristo en Dios.

Romanos 6:5-11 Colosenses 3:1-3

 

Qué significa para ti el saber que ahora somos nuevas criaturas y que las cosas viejas pasaron e aquí son hechas nuevas. 2 Cor. 5:17,18

Estamos seguros que el viejo hombre no puede hacer absolutamente nada contra la nueva criatura pues el viejo hombre está muerto por causa del pecado y que definitivamente sufrió la separación cuando Jesucristo la sufrió. La vieja criatura, el viejo hombre no puede destruir al nuevo hombre que es el interior.

Un muerto no puede destruir a un vivo.

Para disfrutar de la vida eterna, tienes que saber y creer que primero es la muerte eterna, para que después disfrutes de la vida que se mide con la de Dios: imperecedera.

No más miedo a una muerte que ya fue destruída por Jesucristo, “Muerte yo seré tu muerte.” Oseas 14:14

Para poder vivir y enseñar el Evangelio hay que experimentar en tu espíritu lo que significa estar crucificado juntamente con Cristo. Gálatas 2:20

Si nuestro mensaje es condenación, miedo y maldición, no se es siervo de Jesucristo.

La Amada del Señor sigue siendo maltratada con mensajes terrenales y carnales.

Cuando seamos ministros competente de un Nuevo Pacto y que además ministremos conforme al Espíritu, entonces veremos y actuaremos llenos de toda la plenitud de Dios.

Bendecidos.  

 

Domingo Hernández, Apóstol,

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