LA PERDICIÓN DE NUESTRA ALMA (Parte I)

Hace unos días conversaba con un hermano y me manifestaba su gran preocupación respecto a la posibilidad de perder su salvación. Yo le manifesté que era imposible que Dios le revocara un don y le cité Romanos 11:29 que dice:”porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” Posteriormente le cité Efesios 2:8 que dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es un don de Dios” puedes ver le dije que es imposible peder la salvación pues es un don de Dios y por lo mismo es irrevocable.

Entonces el me contestó con otra cita, me dijo que la salvación se pierde y que esto lo dice basado en Hebreos 10:26-31 que dice: “Porque si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad ya no queda más sacrificio por los pecados” Verso 27: “sino una horrenda expectación de juicio y hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios” Verso 28 “El que viola la ley de Moisés por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente” Verso 29 “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al hijo de Dios y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado e hiciere afrenta al espíritu de gracia?” Verso 30 “Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza yo daré pago dice el Señor Y otra vez, el Señor juzgará a su pueblo” Verso 31 “Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo”.

Al leer esto junto con aquel bendecido, pedí al Señor entendimiento para saber que quería decir con esa cita. Fue entonces cuando me di cuenta de lo importante que era analizar esos versículos, a la luz de todo el contexto de Hebreos, y posteriormente escribir este estudio para la edificación de todo el pueblo de Dios, mucho del cual muere por falta de conocimiento.

Podemos darnos cuenta que el contexto de Hebreos, es a groso modo que Cristo nuestro gran y sumo sacerdote, logró lo que ningún sacerdote levita logró en el Antiguo Pacto, es decir entrar al lugar santísimo en completa santidad, intachable en todo, y perfecto en todo, y quitar el pecado de todos nosotros mediante una sola ofrenda, la de su sangre como cordero redentor. Que con esa única ofrenda nos libró de las obras de la ley, y nos hizo perfectos para siempre.

Entonces si esto es así ¿cómo puede ser que en los versos 26 al 31 del capítulo 10, esté hablando de juicio y de hervor de fuego?

Es aquí donde debemos analizar estos versículos uno por uno y de esa forma entender que lo que se pierde no es nuestro espíritu sino nuestra alma, (padecer por sacar lo cojo fuera del camino como dice Pablo)

Pero pastor ¿Cómo es eso? Pues exactamente como lo oyes, lo que se pierde es tu alma, (sufriendo en vano) tu espíritu es perfecto y le pertenece a Dios.

Recordemos que los hijos de Dios estamos formados por tres entidades que son espíritu alma y cuerpo. Recuerda lo que dice 2 Tesalonicenses 5: 23: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. Quiere decir que somos una entidad formada por espíritu alma y cuerpo.

Hebreos 4:12 también nos habla respecto del alma y el espíritu: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que una espada de doble filo, y penetra hasta partir el alma y el espíritu”

Al entender que alma y el espíritu, son dos entidades distintas podemos ver en el verso citado en el párrafo anterior que precisamente el conocimiento de la palabra viva y eficaz, es la que nos hace entender la diferencia

El alma es un soplo de vida, en ella encontramos la expresión de la personalidad. la Voluntad, intelecto y emociones.. Prácticamente todos aquellos elementos que nos hacen humanos se encuentran en el alma. Intelecto, pensamiento, ideales, amor, emoción, discernimiento, decisión, selección, etc. son experiencias del alma"

En cuanto al espíritu, se puede decir que es nuestra esencia, es la parte de nosotros que está en constante comunión con Dios en el momento en que Cristo muere en la cruz, entonces el y sus hijos nos convertimos en un solo espíritu con él,

1 Corintios 6:17.

El espíritu de un hijo de Dios es perfecto Hebreos 10:14 y es justo Hebreos 12:23 El espíritu del hombre posee los atributos siguientes:

"La Mente de Cristo (el Espíritu Santo) que discierne y distingue entre lo bueno y lo malo, (Lo superior y lo inferior) mediante un juicio directo y espontáneo que hemos adquirido mediante el conocimiento del evangelio de Cristo resucitado.”

1 corintios 2-16

“La Comunión. Todo aquel que se une al Señor es un espíritu con él, así tenemos una comunión con Cristo mediante su amor, el conocimiento de su evangelio, su justicia, su sabiduría, a tal grado que llegamos a pensar y actuar como el piensa y actúa.”

“El sello del Espíritu de verdad: todo hijo de Dios que conoce la gracia de Jesucristo, conoce la verdad, y es sellado de tal manera que nunca jamás podrá volver a agradar a los hombres con ritos, rudimentos, o actos carnales. El hombre que está sellado por el Espíritu, ama a Dios y a los hombres sobre todas las cosas, a nadie ve según la carne, y vive por la fe.

Una vez aclarada la diferencia entre alma y espíritu, gracias a la palabra viva y eficaz que nos ha permitido dividir a dichas entidades humanas, entenderemos mejor el punto central de este estudio, y para entenderlo bien, estudiemos a fondo los versículos que mi bendecido amigo exponía:

Hebreos 10:26-31

“Porque si pecaremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda ningún sacrificio por los pecados”

Verso 27:

“sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”

Aquí es interesante hablar acerca de lo que significa pecar ¿podemos realmente pecar en el nuevo pacto? La verdad es importante analizar lo siguiente, dice Romanos 4:15 que donde no hay ley tampoco hay trasgresión, y Romanos 6:14 dice que no estamos bajo la ley sino bajo la gracia, lo cual quiere decir que si no estamos bajo la ley, formal o legalmente no pecamos. Por eso es que dice Romanos 5:13 que donde no hay ley no se inculpa de pecado.

Eso si, no obstante formalmente ya no pecamos, de hecho si lo hacemos, el hombre peca y es una realidad que nadie puede negar. No obstante el pecado ya no se nos inculpa y no podemos negar su existencia. Por todas partes, hay guerras, prostitución, robos, estafas, narcotráfico, y aunque ya no se inculpe de eso a los hijos de Dios, no podemos llamarlo de otra forma. Definitivamente aunque ya no se nos inculpa de pecado, si pecamos.

Es importante aclarar que aunque estemos bajo la gracia y no bajo la ley, el pecado produce consecuencias para tu vida. Dice Gálatas 6:8 que el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción, más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segara vida eterna. Ahora bien, cabe preguntar ¿Qué es sembrar para la carne, y que es sembrar para el Espíritu?

Todos conocemos Gálatas 5:19 que dice: “ Y manifiestas son las obras de la carne que son adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. Es decir todas las obras de la carne, son pecado, que no se nos imputa por la sangre preciosa de Cristo, sin embargo producen consecuencias para nosotros, y lo dice bien claro, que quienes practican tales cosas, no heredarán el reino de Dios. (no disfrutan los beneficios de la herencia)

Mientras que en el verso 22 y 23, dice que andar en el Espíritu es andar conforme al amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre y templanza. Quiere decir que andar según el Espíritu es pensar como piensa Cristo, y actuar conforme a la mente de El.

Quiere decir quien no piensa con la mente de Cristo, no anda conforme al Espíritu, y su vida por tanto no es equilibrada.

Quiere decir también que quienes practican las obras de la carne, pecan voluntariamente. ¿y cuales son las consecuencias de pecar voluntariamente?

Para quien cree que la salvación se pierde, las consecuencias son dos:

1) Dice el versículo 26 de Hebreos 10, que ya no hay más sacrificios por el pecado, y eso es cierto, pero no quiere decir con esto que todo el que pecare voluntariamente, ya no puede acogerse a la amnistía que da Cristo en la cruz. Lo que quiere decir es que ya literalmente ya no hay más sacrificio por el pecado pues Cristo con una sola ofrenda, quitó de en medio el pecado, y te hizo perfecto. Pero como ya se dijo, el pecado fue quitado formalmente al haber sido quitada la ley, pero no de hecho, pues tenemos una carne débil que peca. Sin embargo el te hizo perfecto en Espíritu con una sola ofrenda, por lo que ya no es posible que ese pecado se te inculpe a ti que eres un Espíritu justo. Por eso mismo, no es posible que si pecas voluntariamente haya más sacrificio por el pecado pues ese sacrificio único, fue suficiente para que a ti ya no se te inculpe.

2) Otra consecuencia con la que se te ha infundido temor toda la vida, es lo que establece el verso 27, la cual es una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego.

Ahora bien, analicemos que es una expectación: Es creer que algo va a ocurrir, Es esperar algo, es decir que el significado la palabra expectación, tiene que ver con el significado de la palabra fe. Mira lo que dice Hebreos 11:1 “Es pues la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”

Quiere decir que una expectativa es una certeza de algo que se espera, y eso es sinónimo de fe.

En esto consiste precisamente la peor consecuencia del pecado, pues el que peca voluntariamente, el que siembra para su carne, segará corrupción.

Y que es segar corrupción, es dejar de tener una expectación de salvación, es decir creer que eres salvo eternamente, para llegar al otro extremo que es tener una expectación de juicio, y de hervor de fuego.

¿Y por que eso es corrupción? Si leemos Romanos 1:17 podemos ver que la justicia de Dios se revela por fe y para fe.

¿Y en que consiste la justicia de Dios? Leamos Romanos 3:23-24. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la Gloria de Dios,” Verso 24 “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.”

Quiere decir que la justicia de Dios, consiste en que aun sin merecerlo, sin cumplir con la ley, sin cumplir con las obras de la ley, nosotros fuimos justificados por la Gracia mediante la redención que es en Cristo.

Si tu no crees en esa justicia de Dios revelada por fe y para fe, entonces tu crees en el juicio, y en el hervor de fuego, y eso es corrupción, si tu no crees en la justicia de Dios, crees en la corrupción, y eso tiene consecuencias graves para tu vida, pues dejas de creer en lo que Dios dice, para creer en lo que ves, es decir en que eres un pecador, y mereces juicio y castigo divino.

Todo aquel que siembra en la carne se ve en carne, y siega corrupción, porque cree en su carne corrupta, no en su espíritu perfecto en Cristo.

Pero sigamos analizando Hebreos 10:26-31:

Verso 28.

“El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.”

Observa bien que está hablando de otro pacto, como quien quiere hacer diferencia entre uno y otro, y el próximo verso, nos lo aclara: Verso 29. “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de Gracia?”

Ves como ahora habla del nuevo pacto? Y en que consiste el nuevo pacto? El verso 19 del mismo capítulo dice: “Así que hermanos, teniendo libertad para entrar en el lugar santísimo, por la sangre de Jesucristo”

Fíjate que no dice por tus buenas obras ni por tu buen comportamiento. “Dice por la sangre de Jesucristo” y en el verso 20 lo aclara aún mejor diciendo: “por el camino nuevo y vivo, que él nos abrió a través del velo de su carne”

Quiere decir que el pecado que conocemos a través de la ley, no se le inculpa a nuestro Espíritu, pero ese pecado nos hace violar la ley de Dios, ¿Cuál ley pastor? ¿los diez mandamientos?

Fíjate bien que en el verso 28 habla de la ley de Moisés, no de la ley de Dios.

 

¿Entonces cual es la ley de Dios pastor?

Leamos Romanos 3:27: “¿Donde, pues esta la jactancia? Queda excluida, ¿por cual ley? ¿por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.”

Podemos ver en este versículo la enorme diferencia entre la ley de Moisés que es la de las obras, y la ley de Dios, que es la de la fe.

Quiere decir que ya no violamos la ley de Moisés, pues Cristo en la Cruz del calvario abolió las consecuencias de violarla, ahora violamos la ley de la fe. Cuando violamos la ley de Moisés, es decir cuando pecamos, tenemos consecuencias serias en nuestro cuerpo, pues la paga del pecado es la muerte. Pero al violar la ley de Dios, las consecuencias son para el alma, es decir, dejamos de creer en el sacrificio de Cristo, y comenzamos a creer en nuestros méritos, o en nuestros pecados, y eso afecta duramente a nuestra alma, pues crea frustración, tristeza, y nos creemos abandonados por un Dios que nos obliga a ser buenos, pero que nos puso en un cuerpo que solo puede hacer el mal.

En esto bendecido hermano, consiste la perdición de nuestra alma, nuestro espíritu es salvo y perfecto, pero nuestra alma, se pierde en tristeza, abandono, y una supuesta lejanía de Dios. Por eso hay muchos cristianos que piensan que son caídos, y esos bendecidos, ni se quieren acercar a la iglesia, pues piensan que ya no hay salvación para ellos, pues ya Cristo como se sacrificó una vez ya no esta dispuesto a hacerlo nuevamente, y por esto perdieron su comunión con él.

La buena noticia del evangelio hermano amado es que lo único que se perdió fue tu alma que se volvió corrupta de entendimiento, que no ha entendido que con una sola ofrenda tu eres perfecto y salvo para siempre, que nada puede apartarte del amor de Dios, que eres bendecido con toda bendición, y que estas reinando en vida juntamente con Cristo quien te trasladó del reino de las tinieblas, a su reino inconmovible.

Lo único que tienes que hacer hermano bendecido para que tu alma encuentre el camino, es dejar de creer en tu corrupción, y comiences a creer en la Justicia de Dios.

Si te crees pecador, cree en la justicia de Cristo, si te crees corrupto, cree en la perfección y santidad de Cristo, y entonces creerás que lo mismo tienes tú en Espíritu, gracias a su sacrificio en la Cruz. Cuando entiendas que eres perfecto, y bendecido en Cristo, sabrás pensar con su mente, y entonces llevarás una vida equilibrada, sin excesos, y sin hipocresías.

Eres bendecido con toda bendición.

 

LA PERDICIÓN DE NUESTRA ALMA (Parte I)

LA PERDICIÓN DE NUESTRA ALMA (Parte II)

 

 

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