Jesús Dios, mi Salvador

 

Capítulo IV

La vida de la carne está en la sangre 

Levítico 17:11

 

 

Puso su vida (sangre) por nosotros Juan 10:15-18

 

Por la sangre de su cruz Colosenses 1:20 pacificó la tierra y el cielo

 

Tenemos fe en su sangre Romanos 3:25

 

Entramos al santuario por la sangre de Jesucristo Hebreos 10:19

 

Sangre derramada, sangre bebida Mateo 26:28 Juan 6:53

 

Fuimos rescatados con la sangre preciosa de Cristo...sin mancha ni contaminación 1 Pedro 1:18,19

 

Cristo derramó sangre con agonía Lucas 22:44 ...gotas de sangre que caían hasta la tierra.

 

La lanza abrió el costado de Cristo y luego salió sangre y agua. Juan 19:34

 

La sangre de Jesús fue derramada solamente una vez

Hebreos 10:14 Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre  a los santificados.

 

Hebreos 6:4-6 Porque es imposible... crucificar de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios, exponiéndole a vituperio.

 

La sangre preciosa y perfecta del Cordero de Dios se derramó una sola vez para pagar el precio del rescate, para que el perdón se otorgará a todos  los que Adán pasó el pecado y la muerte. No es necesario ser limpios por segunda vez, una sola vez fue suficiente. Abba, Padre.

 

Nuestra carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios 1 Cor. 15:50

Esta es la diferencia, un cuerpo y sangre era sin contaminación y el otro caído, mortal, corrupto con inmundicias, es por ello que el contaminado no puede heredar lo perfecto, primero tiene que ser transformado en un abrir y cerrar de ojos o resucitar al final de la trompeta. Damos la gloria al Cordero que ya lo hizo todo nuevo.

 

Jesucristo, nos resucitó, nos trasladó a su cielo y nos hizo sentar junto a él. Estamos en reposo después de la expiación efectuada en la cruz del Calvario. Nuestra vida es eterna, nuestro descanso es eterno, nuestra posición como Hijos de Dios, es para siempre. Dios y su Iglesia Amada, componen un matrimonio sin que la muerte pueda separarlos, ya no hay muerte para el Hijo y tampoco para su Esposa.

 

“Jesucristo, cuando se manifestó quitó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.” 2 Timoteo 1:9,10

 

Dios Jesucristo, Espíritu Santo, el Padre Eterno, Dios fuerte, Consejero y Príncipe de paz, hizo todo para recuperar lo que era suyo por los atributos que posee de  Soberano y Creador. Todo esto es incomprensible a nuestra mente finita.

 

Estoy seguro que el Señor te irá revelando sus misterios y tesoros a medida que tú lo permitas. Hay tradiciones, rudimentos, culturas, costumbres y religiones que pueden ser obstáculos para que la luz del tercer cielo pueda brillar en tu vida en su plenitud.

 

Ruega al Ser Supremo que te libere de los impedimentos y puedas con tu espíritu en plena libertad, recibir todo lo que El te revele. Es posible, sucedió conmigo y con muchos más que estuvimos dispuestos a pagar el precio, como sucedió con el Árbol Verde (Jesucristo) y con las hojas secas cuando hablamos en Su Nombre.