IGLESIAS DE GRACIA
VERSUS IGLESIAS DE OBRAS
QUE TRISTE ES VER COMO LOS POBRES CREYENTES QUIEREN
SALVARSE A TRAVÉS DE OBRAS MUERTAS, NO SABEN QUE YA
CRISTO NOS SALVÓ DESDE ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO,
HERMANOS ES POR FE PARA QUE SEA POR GRACIA. AMÉN. NO
TRATES DE SALVARTE ÉL YA TE PERDONÓ Y SALVÓ, SÓLO TIENES
QUE SER AGRADECIDO, Y ALÁBALE. ABBA PADRE
Pablo
en (Romanos 11:5-6) nos indica dos clases de Iglesias:
el remanente de gracia que actúa en gracia y no por
obras, la otra es aquella que ciertamente cree en
Cristo, pero mezcla la obra con la gracia. "Y si por
gracia, ya no es por obras".
¿Qué es
lo que vemos hoy en día? Vemos a una Iglesia que
enfatiza la obediencia del hombre como causa de
bendición y la otra (remanente) la obediencia como
agradecimiento al Hijo de Dios. La tradicional alaba las
obras de aquellos que han sido aceptados por Dios por
medio de su hacer, el remanente señala a los que han
sido aceptados por la Obediencia de Jesucristo. La
tradicionalista enfatiza el desarrollo del carácter o
"la perfección" por medio del ayuno, las vigilias y las
obras, es decir, vivir la "impecabilidad" y el remanente
enfatiza la gloria en Cristo. La tradicionalista está
bajo maldición (no condenación) (entiéndase por
"maldición" el gozo de no disfrutar las bendiciones de
Dios) y el remanente está bajo bendición porque tiene en
su corazón a Cristo sin mezcla (Gálatas 3:10).
En la
Iglesia tradicionalista, la justificación o "la muerte
de Cristo" es perfecta, pero no es interna (es decir,
que Dios declara justo al pecador), en la Iglesia del
remanente, la justificación de Cristo es perfecta (es
decir, Dios hace justo al pecador en una forma
instantánea por un acto de fe). La diferencia está entre
"declara" justo y "hace" justo.
En la
Iglesia de gracia, la santificación de Cristo es
perfecta e imputada al pecador (Hebreos 10:14). En la
Iglesia tradicional, la santificación está determinada
por mi propio crecimiento espiritual, por mi conducta, y
mi hacer para Dios; porque esto confirma mi salvación.
En la Iglesia de gracia, mi conducta, no determina mi
salvación pero es fruto de mi salvación (Romanos 6:22).
Pablo dijo en (Gálatas 5:6) que "la Fe obra por el
amor".
En
Gracia: la Obediencia a Cristo y a su palabra es
motivada y guiada por el Espíritu Santo. En Gracia, Dios
es el que produce el querer como el hacer por su buena
voluntad (Filipenses 2:13). En las Iglesias de Gracia
creemos que después de la salvación que es dada por fe
(no por obras de Obediencia) Dios mismo por el Espíritu
capacita al cristiano para que ande en su obra preparada
de antemano (Efesios 2:10) y persevere en sus caminos,
siendo sellado por el Espíritu Santo hasta la
adquisición de la posesión adquirida en Cristo Jesús
(Efesios 1:13-14).
En
Gracia, una vez que se recibe al Espíritu Santo, se es
una nueva criatura y el cristiano comienza a dar frutos
que han sido puestos en su corazón, para alabanza de
Dios. Aquí las "buenas obras" son preparadas por el
mismo Dios y son el fruto de nuestra salvación (Efesios
2:9) "no por obras para que nadie se gloríe". Aún mi
Obediencia es por Gracia, lo es también mi fe, y mi
arrepentimiento. ! Todo esto procede de la multiforme
sabiduría de la Gracia de Dios! Toda la obra de
salvación, santificación y aún la perseverancia, es
totalmente una obra de Dios en Cristo!. El hombre es un
miserable que no merece nada, todo lo que tiene lo ha
recibido por gracia común (aspectos naturales o
físicos), y por la Gracia efectiva en Cristo (aspectos
netamente espirituales).
En
Cristo vivimos, nos movemos y somos solamente por la
Gracia de Dios (Hechos 17:28). Cuando un cristiano o
pastor comprender esto, entonces se desatan las
"terribles ligaduras del legalismo". En Gracia se
obedece no "para" ser sino "por" que se es. Aquí la
obediencia se hace con alegría, se sirve sin
manipulación. En Gracia los mandamientos no son cargas
ni son gravosos. La vida y el evangelio tienen un nuevo
sentido. Las normas y los deberes son un honor de
privilegio y se goza uno en obedecer al Dios de la
Gracia.
En
Gracia la salvación es instantánea. Aquí Dios me
justifica, me santifica, me glorifica (1 Corintios
1:30). Cuando uno lee bien las Escrituras, comprende los
"tiempos pretéritos de Dios" es decir, que la salvación
está en el pasado he indica una acción completa, y no
hay necesidad de repetirse. Lea (Romanos 8:29-30) y
usted se fijara que todo lo que allí se habla es una
acción completada y es recibida cuando uno solamente
cree (Juan 5:24).
Nosotros ya fuimos juzgados en la cruz y escondidos en
Cristo, es por eso, que podemos decir:
Cristo
es mi justificación: porque en la cruz imputó su muerte
a mi crédito. Juntamente con él también morí (2
Corintios 5:14).
Cristo
es mi santificación: porque por mis esfuerzos nada en mi
puede ser santo. Él es quien me santifica, me regala esa
vida inmaculada. Una vez santificado, mi crecimiento
diario es progresivo como un resultado de la salvación
en Cristo (Romanos 5:10).
LAS
LIMITACIONES DE LA LEY
1- No
podía justificar a ningún pecador (Gálatas 2:16)
2- No
imparte Gracia (Gálatas 2:21)
3- No
daba el Espíritu a nadie (Gálatas 3:2)
4- No
daba libertad a nadie (Gálatas 4:9)
5- No
daba vida ni gozo (Gálatas 3:21)
La Ley
era simplemente un diagnóstico del pecado. (Romanos
3:20) "Por medio de la ley es el conocimiento del
pecado". La infracción de la ley es el pecado (1 Juan
3:4). ¿Para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las
transgresiones (Gálatas 3:19).
La ley
era inexorable, exigía la máxima obediencia del
individuo, demandaba una vida impecable y perfecta "en
todas las cosas escritas en el libro de la ley, para
hacerlas" (Gálatas 3:10). La expresión "el libro de la
ley" no se refiere solamente a los diez mandamientos de
la ley, sino a todo el Pentateuco de Moisés (penta=cinco
libros). Ley=nomos). Toda la completa ley la encontramos
en el Pentateuco de la Biblia- una ley de 613
ordenanzas. La ley estaba hecha para condenar, en
(Deuteronomio 27:15-26) encontramos doce maldiciones
específicas sobre aquellos que no obedecen cabalmente
las órdenes de la ley.
Es
imposible que un individuo por mucha moral que tenga,
pudiera cumplir con todas las exigencias de la ley,
porque por naturaleza el hombre es un pecador y el
pecado no es un acto sino una condición latente. David
lo dijo: "en pecado me concibió mi madre" (Salmo 55:5).
Es un imposible vivir una vida santa y tratar de vivir
en paz con Dios por medio de la ley, por el
incumplimiento de un solo punto de la ley, traía como
consecuencia fatal la maldición, la condenación y la ira
de Dios (Romanos 1:18). En el Nuevo Testamento se usa la
palabra nomos o ley 194 veces. Cualquiera, pues, que
pretenda salvar su vida por medio de la ley, se fatigará
como Adán y Eva que trataron de cubrir su desnudes con
hojas de higuera, las que Dios rechazó en el Edén y que
al ver al hombre fatigado, se las cambio por la piel del
Cordero (Génesis 3:21).
1- La
ley es un ministerio de condenación (2 Corintios 3:7)
2- La
ley es un ayo=guía para llevarnos a Cristo (Gálatas
3:24)
3- La
ley es un espejo (Romanos 3:20).
En el
buen concepto de la ley: ella revela nuestro pecado (lo
saca a la luz pública)- en seguida nos muestra la
solución al pecado- y finalmente nos lleva a Cristo
(Romanos 3:20) (Gálatas 3:24) (1 Timoteo 1:8). En el mal
concepto de la ley: por medio de ella no se gana la
salvación- no se aumentan o se consiguen más méritos- no
hace a ningún individuo bueno o salvo. El hombre no es
salvo ni por ley ceremonial ni por ley moral, es por fe
en la obra magna de Jesucristo. Es por confiar no por
hacer.
La ley
es como una báscula que muestra el peso de nuestro
pecado, pero no aumenta ni disminuye nuestra condición
pecaminosa. La ley es como un termómetro que muestra
nuestra condición espiritual, pero no puede aumentar o
disminuir el grado del pecado. La ley es buena en el
único sentido que le muestra al pecador su condición
deplorable y lleva al individuo hacia Cristo. Pero es
mala en el único sentido de creer que en ella está
nuestra salvación. !Mucho cuidado! con los "nomistas"
aquellos que rigen su vida por medio de los rudimentos y
por la vía de las leyes como los Fariseos que la
"deificaron". Los "nomistas" son los que tratan de
desplazar la vida del Espíritu.
LOS
NOMISTAS DEL LEGALISMO
A
los nomistas del Legalismo, el apóstol de la gracia que
es Pablo, los identificó o calificó de:
1-
Falsos hermanos (Gálatas 2:4)
2-
Perros rabiosos (Filipenses 3:2)
3-
Anatemas (Gálatas 1:9)
4-
Mutiladores del Cuerpo de Cristo (Filipenses 3:2)
5-
Enemigos de la cruz (Filipenses 3:18).
Personalmente a los nomistas del legalismo, los hago
semejantes a:
1- Los
Fariseos de la ley (Mateo 6:2) que en su celo por la ley
casi llegaron a deidificarla
2-Los
Nicolaitas de Efeso (Apocalipsis 2:6) (Niko=sobre y
Laos=laico). Los Nicolaitas trataron de imponer sus
obras sobre los laicos en la Iglesia de Efeso, es decir,
manipularlos y dominarlos a través de la obra del
legalismo.
3- Los
Comisarios de Egipto (Éxodo 1:11-14) que en Egipto le
amargaron la vida a Israel con dura servidumbre, en
hacer (obras) barro y ladrillo.
4- Los
Judaizantes de Moisés (Gálatas 1:6-10) que en el afán de
persuadir buscaban disuadir a las Iglesias de Galacia
que buscaran en los rudimentos de Moisés un complemento
para su salvación.
Todos
éstos personajes del legalismo anteriormente nombrados
bíblicamente son los que opacan la gloria de la obra que
Cristo hizo en la cruz para jactasen en las obras de la
carne (yo oré- yo hice- yo fui- yo lo toqué- yo le
reprendí- yo ayuné- yo vigilé- yo prediqué- yo fundé- yo
tengo la Iglesia mas grande- yo soy el mas santo- yo el
mas espiritual- yo el más ungido- yo y siempre
yo...!pura hoja de higuera! (obras del yo). Cuando se le
sirve a Dios para buscar su aprobación, esto se
convierte en legalismo. Cuando el hombre se jacta de sus
ayunos, esfuerzos espirituales, de sus vigilias de la
noche, de sus tradiciones, artículos y logros
denominacionales o de su "propia" Iglesia, este es el
peor de todos los legalistas. Pero cuando somos
ministros de vida y no de condenación, de la vida se
complace el Señor. Jesús dijo: "misericordia quiero y no
sacrificios".
1-
falta de gozo (Gálatas 4:15) !Vive enojado por todo!
2-
anhelo de recompensas (Mateo 6:5) !Quiero esto!
3- el
énfasis de las formas y preceptos tradicionales (Mateo
6:7) (Marcos 7) !Asi como dice mi concilio!
4-
busca la aprobación de Dios a través de sus
tradicionales penitencias protestantes. !Hay que hacer!
5-
espíritu de critica contra toda persona que dice de Dios
lo que él nunca por cobardía ha podido expresar. !Cobardia!
6-
busca agradar a los hombres antes que a Dios (Gálatas
1:10). !Yoismo y egolatria!
7-
miedo a que Dios le cambie todo su sistema
religiosamente aprendido. !A mi nadie me va a cambiar!
8-
paranoia contra toda palabra de gracia. !Por que no le
ha sido rebelada todavía!.
9-
amenazas de excomunión contra Iglesias de gracia. !Por
celo religioso!
10-
habla de si mismo y de lo que hace para Dios.
!Jactancia!
11- usa
el nombre de Dios para buscar sutilmente su complacencia
y su propio reconocimiento ministerial. !Estos son mis
logros!
12-
manipula con el dinero para sacar de la gente provecho,
utilizando textos bíblicos de prosperidad.
!Manipulación!
13-
levanta monumentos a su nombre, usando frases
espirituales para apoyar su deseo carnal. !En honor a su
ego!
14-
espían la libertad en Cristo del que vive la gracia de
Dios. !Porque desea vivirla también!
15-
saben que el evangelio de la gracia es la verdad en
esencia, pero para no quedarse atrás o que los tilden de
que no hablan gracia, mezclan sus mensajes "gracia-
obra" y de vez en cuando dicen algunas frases de gracia
para agradar a la gente; pero no viven la completa
gracia de Dios. !Un acto de simulación!.
Pastor y Maestro Reinaldo Estrada