MANUAL DE LA GRACIA

Capítulo XV

NADIE OS JUZGUE UN SÁBADO

El Sábado

Cómo y cuándo debe ser guardado


"¿Por qué obligas a los gentiles a judaizar?" - Pablo desafía a Pedro (Gálatas 2:14)

  

¿Qué es el sábado?

Los cristianos que observan el séptimo día, atraen notoriedad para ellos enseñando que el sábado debe ser observado como un día dedicado al Señor. Sus seguidores, aunque equivocados, están dispuestos a sufrir pérdidas económicas y aun persecución por observar este día, demostrando de este modo "que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia" (Romanos 10:2), y produciendo en otros un sentimiento de lástima de que esa aparente sinceridad y seriedad sean así mal dirigidas.

El presente ensayo demostrará que esta enseñanza es contraria a los preceptos del Nuevo Testamento y al ejemplo apostólico.

La palabra "sábado" significa "reposo." Bajo la ley de Moisés, se ordenó a Israel guardar el séptimo día como "reposo a Jehová" (Deuteronomio 5:13, 14). Se mandó al pueblo descansar en ese día de su labor normal, y dedicar el tiempo a cumplir la voluntad de Dios según prescribía la ley. Muerte a pedradas era la pena señalada para los que lo quebrantaran (Números 15:32-36).

A pesar de su importancia bajo la ley de Moisés, la observancia del séptimo día no es exigida a los cristianos de hoy. En cambio, se les pide manifestar sus enseñanzas en una diaria manera de vivir, que los hará "descansar" de las "obras" del pecado y dedicar su vida a realizar la voluntad de Dios.

La observancia literal y formal del séptimo día fue parte del pacto con Moisés que fue cumplido en Cristo, y luego quitado.

Se requería un cambio de ley

La Biblia describe dos grandes pactos que Dios hizo con el hombre. El primero fue el pacto mosaico hecho con la nación de Israel y confirmado con la sangre de los sacrificios animales. El segundo fue el realizado con anterioridad con Abraham, pero considerado como posterior porque fue confirmado por Cristo (Gálatas 3:8; Romanos 15:8).

El pacto mosaico legisló con miras a la vida de los israelitas en todo sentido; pero debido a que la naturaleza humana está viciada, ninguno de ellos pudo satisfacer sus exigencias. Por consiguiente demostró que todos eran pecadores y que la redención para vida eterna sólo podía provenir de la gracia y misericordia de Dios (Romanos 7:13). Entonces, los fieles israelitas esperaban ansiosamente el advenimiento de la Simiente prometida por Dios de quien únicamente podía venir la salvación. Por esa razón la ley es equiparada a un maestro de escuela llevando la nación a Cristo (Gálatas 3:24). Pablo enseñó que la ley "fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa..." (Gálatas 3:19).

Esa simiente fue el Señor Jesucristo, quien cumplió los requisitos de la ley y removió su maldición, proveyendo el perdón del pecado que ella enfatizaba e ilustraba.

Entonces, ¿para qué obedeceremos la ley de Moisés? (Hechos 15:10).

Los editores de la revista La Pura Verdad admiten que el pacto hecho con Moisés ha sido cancelado. No tienen más remedio que hacerlo, debido a la obvia enseñanza de las Escrituras (Hebreos 8:13). Sin embargo, promueven la idea de que el pacto removido no incluye los diez mandamientos y, puesto que el cuarto mandamiento se refiere a la observancia del sábado, razonan que los cristianos aún están obligados a guardarlo. Sostienen que la observancia del sábado es esencial para la salvación. Aquí es donde nosotros no estamos de acuerdo con ellos.

Demostraremos que los diez mandamientos constituyeron el fundamento mismo del pacto mosaico que fue cumplido en Cristo y luego quitado. Aunque nueve de estos mandamientos son reafirmados por Cristo y los apóstoles, este no es el caso con la ley del sábado.

Los diez mandamientos son parte del pacto mosaico

Los diez mandamientos fueron grabados en dos tablas de piedra que fueron colocadas en el arca del testimonio, en el tabernáculo donde adoraba el pueblo de Israel. Describiendo el pacto mosaico con sus ordenanzas de servicio divino y su santuario, Pablo se refiere (Hebreos 9:1) a los diez mandamientos como "las tablas del pacto" (9:4), un pacto que en el capítulo previo, declaró que "está próximo a desaparecer" (Hebreos 8:13).

Si los diez mandamientos fueron parte de un pacto que fue abrogado, entonces obviamente la obligación de observarlos cesaría a menos que fueran reafirmados, tal como nueve de ellos lo fueron.

La enseñanza de Pablo de que el pacto mosaico incluía los diez mandamientos, es respaldada por la misma ley. Esta declaraba:

"Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel...Y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos." (Éxodo 34:27, 28)

 

"Y él [Dios] os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra." (Deuteronomio 4:13)

 

"No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros..." (Deuteronomio 5:3; nótese que a continuación, Moisés relata los diez mandamientos)

A lo largo de la historia de Israel la misma identificación del pacto de Moisés con los diez mandamientos fue preservada. Cuando el arca del pacto fue colocada en el templo construido por Salomón, se observó:

"En el arca ninguna cosa había sino las dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en Horeb, donde Jehová hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto." (1 Reyes 8:9)

Más tarde en el mismo capítulo, esas dos tablas de piedra inscritas con los diez mandamientos son identificadas con el pacto mosaico que según Pablo fue hecho a un lado en Cristo. El versículo 21 establece:

"[Yo Salomón] he puesto en ella [la casa de Dios] lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehová que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto."

Puesto que no había nada en el arca excepto las dos tablas de piedra inscritas con los diez mandamientos, éstos formaban la base fundamental del pacto mosaico. A menos que fuesen reafirmados, dejaron de ser obligación cuando el pacto llegó a caducar.

El pacto mosáico abrogado

La Biblia claramente revela que el pacto mosaico fue solamente una ordenanza temporal que fue cancelada al comienzo de la era cristiana. En Hebreos 8:7-10, Pablo enseña que el pacto hecho con los hijos de Israel cuando salieron de Egipto era imperfecto, y había de ser reemplazado por un nuevo pacto. Así, Pablo comenta:

"Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo el primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer." (Hebreos 8:13)

En el siguiente capítulo (Hebreos 9), enseñó que este pacto que estaba "próximo a desaparecer" incluía "las tablas del pacto" o, lo que es lo mismo, los diez mandamientos (versículo 4).

Ahora, ¿significa esto que toda la enseñanza de los diez mandamientos ha pasado a la historia, y que podemos deshonrar a Dios, o matar y robar con impunidad? De ningún modo. Como antes hemos afirmado, nueve de los mandamientos fueron reafirmados porque proclaman principios eternos. Sin embargo, el cuarto mandamiento, que se refiere al descanso del séptimo día, nunca fue reafirmado por Cristo o los apóstoles. No existe un solo mandato en el Nuevo Testamento exigiendo a los creyentes observar el séptimo día como día de reposo; en vez de eso encontramos mucho en contra.

Este hecho es fatal para la enseñanza de la revista La Pura Verdad y de los adventistas del séptimo día, porque significa que la ley del sábado ha sido abolida, y no tiene jurisdicción sobre los seguidores de Cristo.

Sin embargo, los adventistas del séptimo día hacen distinción entre la "ley de Moisés" y la "ley de Dios," afirmando que la primera (escrita en un libro) comprende los ritos ceremoniales de la ley, y la segunda (inscrita en piedra), solamente sus exigencias morales, siendo abolida la primera, mas no la segunda.

Pero la Biblia no apoya tal afirmación. En primer lugar, "el libro" al que hacen referencia contenía mucho más que las simples ceremonias, ya que incluía la totalidad de la ley como la encontramos en los primeros libros de la Biblia. En segundo lugar, la Biblia usa las expresiones "ley de Moisés" y "ley de Dios" (o "ley de Jehová") en forma totalmente indistinta, ya que la ley es una sola, y fue dada por Jehová, pero por medio de Moisés (2 Crónicas 34:14, Nehemías 8:14, Malaquías 4:4). Compárese Josué 23:6 con Josué 24:26; 2 Crónicas 30:16 con 2 Crónicas 31:3 y 4; Esdras 7:6 con Esdras 7:10 y 14; y Nehemías 8:1 con Nehemías 8:8. Véase también Éxodo 13:9, Josué 1:7, 1 Reyes 2:3, 2 Reyes 23:25, y 1 Crónicas 22:12.

Además, ¿cómo es posible excluir los diez mandamientos, eliminándolos del pacto que Pablo enseñó que había sido quitado, considerando que están completamente identificados con ese mismo pacto a través de toda la Escritura, como lo hemos demostrado? ¿Acaso no se refiere Pablo a "las tablas del pacto" (Hebreos 9:4)? ¿No describe también en 2 Corintios 3:7 a ese pacto como "el ministerio de muerte grabado con letras en piedra"?

Estas palabras son decisivas. Muestran categóricamente que los diez mandamientos formaban parte del pacto que por Cristo es quitado, de lo contrario las tablas de la ley no hubieran sido identificadas con "el ministerio de muerte." ¿Por qué serían usados los diez mandamientos en tal relación si enseñaban verdades eternas? La respuesta es, porque formaban la base del pacto mosaico. Como principios individuales, nueve de los diez mandamientos son aún obligatorios porque han sido reafirmados por Cristo y los apóstoles, aunque no siempre en la forma en la cual fueron presentados a Israel. En el pacto mosaico, los mandamientos fueron acompañados por las palabras: "Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas" (Deuteronomio 27:26; Gálatas 3:10). La ley no proporcionaba ninguna esperanza de vida eterna, porque sus estatutos eran continuamente infringidos por el pueblo, el cual vino así a estar bajo su maldición.

En Cristo, sin embargo, hay provisión para el perdón de los pecados. La "ley de Cristo" (1 Corintios 9:21) reafirma nueve de esos mandamientos. Provee un nuevo significado para el cuarto (la ley del sábado), y en contraste con "el ministerio de muerte," se convierte en la "ley de la libertad" (Santiago 2:8-12) porque libera al creyente de las cadenas del pecado por medio del perdón, ofreciéndole la esperanza de vida.

¿Cuándo fue instituida la ley del sábado?

Se sostiene que la ley sabática era conocida y obedecida por los patriarcas desde los albores de la creación, no estando limitada por consiguiente al pacto mosaico. Pero aunque fuese verdad, esto no implicaría su vigencia actual, porque los sacrificios animales fueron introducidos en el mismo comienzo de la humanidad (Génesis 4), y posteriormente fueron cumplidos y hechos innecesarios por el sacrificio de Cristo. También la ley de la circuncisión física fue dada a Abraham por Dios (Génesis 17:10, 11); pero ya fue reemplazada por la circuncisión espiritual en Cristo.

Es cierto que el tiempo fue dividido en semanas de siete días desde el principio, pero la ley del sábado como tal, estableciendo como santo el séptimo día para ser observado de manera especial, no fue instituida sino hasta que Israel había abandonado Egipto. Aunque Génesis 2:3 afirma que "bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación," no hay en esas palabras ningún mandamiento sobre observar el día como más tarde fue el caso. Esas palabras fueron escritas por Moisés para el pueblo de Israel y sirvieron para explicarles el porqué del mandato de observar ese día. Dios declaró a Israel:

"Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó." (Éxodo 31:17)

En realidad, nada encontramos revelado sobre la ley del sábado sino hasta el tiempo de Moisés. De hecho, no fue sino hasta que el pueblo estaba por salir de Egipto que el calendario israelita fue establecido. Dios dijo a Moisés que la salida de Egipto marcaría el "principio...el primero en los meses del año" (Éxodo 12:2). Así que el año fue cambiado. Solamente más tarde, después de que el maná había sido dado a los israelitas en el desierto, fue instruido Moisés sobre la ley del sábado, comunicando también la información al pueblo:

"Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová." (Éxodo 16:23)

Si la ley del sábado era reconocida universalmente desde el principio de la creación, como se afirma, ¿por qué fue necesario explicarla como Moisés lo hizo? Se da la respuesta de que el pueblo había olvidado todo lo concerniente a la ley mientras estaba en Egipto. Pero si existía tal ley fundamental como se sostiene, ¿por qué no fue enseñada al pueblo antes de salir de Egipto? ¿Por qué también la ignoraba el mismo Moisés? ¿Por qué se permitió que pasaran 45 días después que la nación salió de Egipto antes de ser explicada al pueblo (ver Éxodo 16:1, 23), de modo que hasta entonces no estaban guardando el sábado?

Es obvio a la luz de estos hechos que la ley del sábado fue dada hasta entonces por primera vez como una ordenanza que el hombre debía guardar. Por eso leemos:

"Mirad que Jehová os dio [no a toda la humanidad] el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días." (Exodo 16:29, 30)

 

"Y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley." (Nehemías 9:14)

 

"Hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo... lo trajeron a Moisés...y lo pusieron en la cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer." (Números 15:32-36)

Moisés mismo era, al principio, ignorante de las implicaciones del día sábado, y lo que su observancia involucraba.

Considere estos hechos importantes:

1.   Durante los 2500 años desde la creación hasta Moisés, antes que Israel fuera sacado de Egipto como una nación separada para Dios, no hay ninguna alusión al sábado (excepto Génesis 2:2 que ya hemos explicado).

2.   Cuando la nación es formada, el día de reposo (sábado) se establece como ordenanza y como señal entre Dios e Israel.

3.   Después de la resurrección de Cristo, cuando la nación judía fue derrotada y el evangelio fue predicado a los gentiles, la observancia del sábado por los creyentes cesó.

¿Por qué cesó entonces?

Porque el sábado fue la señal de un reposo que Israel no obtuvo (Hebreos 4:6), pero que Cristo puede proveer (Hebreos 4;3; Mateo 11:28-30): un descanso de las obras de la carne por medio del perdón de los pecados que está gratuitamente disponible en Cristo. El sábado era parte de la ley diseñada para enfatizar la realidad del pecado y revelar a la nación la necesidad del Redentor que aún no se había manifestado.

El significado del sábado

El pacto mosaico demandaba que en cada séptimo día, los israelitas descansaran de su labor normal y dedicaran el tiempo a Dios. Un verdadero israelita, sin embargo, no limitaba su meditación sobre las cosas de Dios a ese único día, porque era "su delicia" ocuparse constantemente en este ejercicio (Salmos 1:2). El no solamente obedecía la letra de la ley, sino también su espíritu, procurando diariamente descansar de las obras de la carne y hacer la voluntad de Dios. Pero no hubo verdadero descanso para los israelitas hasta que apareció el que "llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero"; al contrario, había un constante recordatorio de los pecados hasta que el sacrificio de Cristo los cubrió (Hebreos 9:15). El descanso del sábado presentaba a los israelitas un ideal que nunca alcanzaron. Dios declaró:

"Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra..." (Isaías 58:13, 14)

Por consiguiente, la verdadera observancia del sábado no requería solamente descansar de la labor, sino también dedicar el tiempo para hacer la voluntad de Dios, encontrando delicia en Sus caminos, honrándolo por palabra y acción.

¿Cuán a menudo debe tratar de hacer eso un verdadero creyente?

Obviamente todos los días.

Pero en vista de que no podían realizarlo completamente, y que el Redentor no había aparecido aún, había un constante recordatorio de la necesidad de descansar de las obras del pecado, que el sábado semanal enfatizaba.

En Cristo, todas las sombras de la ley se vuelven realidades. El da sustancia espiritual a los ritos de la ley. En vez del sacrificio de animales, él se presentó a sí mismo como "el cordero de Dios," ofrecido por los pecados del mundo; en vez de una circuncisión literal, propone a los hombres una circuncisión "del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios" (Romanos 2:28, 29); en vez de un descanso en día sábado, provee un verdadero descanso de las obras de la carne al imponerse los principios divinos como una manera diaria de vivir, y proveyendo una efectiva cobertura para el pecado cuando es cometido.

Cristo nos invita al verdadero descanso del sábado, no sólo un día en cada siete, sino todos los días, por medio de la invitación: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar."

La palabra griega traducida "descansar" es anapausis, una palabra usada constantemente en la Septuaginta (Antiguo Testamento Griego) para el descanso del sábado. El Señor condenaba el formalismo estéril y desprovisto de significado de los líderes judíos, quienes insistían sobre el descanso del séptimo día sin apreciar su significado espiritual. Parecería que Jesús se esforzaba en demostrar esto a los judíos, al permitir que sus discípulos hicieran "lo que no es lícito hacer en el día de reposo" (Mateo 12:1, 2). Jesús hacía esto basándose en que él era "Señor del día de reposo" (Mateo 12:8), y por consiguiente tenía el poder de cambiar la ley en lo que al sábado se refería.

En Cristo, solamente, se encuentra el verdadero descanso sabático.

De esto se deduce que las lecciones del sábado tienen un lugar en la vida del creyente, pero no como una observancia del séptimo día. Ni el séptimo día ni el primero ha sido impuesto por Cristo para ese propósito, sino todos los días. Pablo enseñaba:

"Estamos libres de la ley...de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra." (Romanos 7:6)

Algunos estaban exentos de la ley sabática

Permitiendo a sus discípulos realizar "lo que no es lícito hacer en el día de reposo," el Señor no estaba desafiando la ley, puesto que ésta registraba un precedente para tal acción.

Aun durante el período del pacto mosaico, había algunos en Israel que estaban exentos de la ley del sábado y a quienes no se exigía apartar un día de cada siete para día de descanso. Este hecho demuestra que bajo ciertas circunstancias, la ley del sábado no era obligatoria.

La clase exenta de las restricciones del sábado eran los sacerdotes involucrados en el servicio del templo. Jesús llamó la atención de los fariseos sobre tal hecho en apoyo de la acción de sus discípulos cuando hacían "lo que no es lícito hacer" en ese día. Preguntó a los judíos:

"¿No habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y son sin culpa?" (Mateo 12:5)

En vez de ser el sábado un día de reposo para los sacerdotes, su trabajo fue duplicado (Números 28:4, 9, 10). Para ellos este día no era más santo que los demás, porque la vida de ellos estaba dedicada en su totalidad al servicio del Señor. Así que ellos profanaban el sábado; no lo guardaban como día santo y separado, y aun así fueron declarados "sin culpa" porque para ellos cada día era santo para el Señor, puesto que su servicio era realizado todos los días. Esta es la posición adoptada por los verdaderos seguidores de Cristo. Estos son considerados como sacerdotes, puesto que Pedro escribió: "Vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio..." (1 Pedro 2:9).

Sus vidas son un diario peregrinaje hacia el reino de Dios, tratando de glorificar a Dios en sus acciones y hasta en la más humilde tarea (véase Efesios 5:22; 6:1-5). Puesto que son llamados a manifestar diariamente el espíritu de la ley del sábado, ningún día es para ellos más santo que otro, así que "profanan el sábado," pero son "sin culpa" porque no están en realidad bajo la ley.

Cristo proporciona este hecho como explicación de la acción de sus discípulos. En otras palabras, él desea que sus seguidores manifiesten la actitud de los sacerdotes en el templo, quienes profanaban el sábado dando a Dios servicio diario, sin preocuparse por días especiales. Esta es la posición adoptada por los cristadelfianos.

Cuando se recuerda a los adventistas del séptimo día que no están guardando el sábado como fue establecido en la ley, usualmente replican que hasta donde están haciendo la voluntad de Dios, están observando el sábado. Pero el comentario de Cristo en el sentido de que los sacerdotes en el templo profanaban el sábado muestra que este razonamiento es equivocado, porque ¿no estaban ellos haciendo la voluntad de Dios?

Sólo hay una forma de guardar el sábado: la forma establecida en la ley de Moisés. Ni los seguidores de Herbert Armstrong, fundador de La Pura Verdad, ni los adventistas del séptimo día lo observan en tal forma.

En otras palabras, a pesar de sus protestas en contra, ellos no observan el sábado. Lo están infringiendo y no están exentos de culpa. Los verdaderos seguidores de Cristo reconocen que están libres de la ley.

La ley de la circuncisión, mayor que la ley del sábado

En otra ocasión, el Señor condenó el formalismo de los judíos respecto del sábado, señalando otra ley que tenía prioridad sobre el sábado y la cual estaban obligados a obedecer aunque el hacerlo requiriera infringir el sábado.

Esta ley mayor se refería al rito de la circuncisión. La ley de Moisés exigía que un niño judío fuera circuncidado el octavo día después de nacer. Pero algunas veces el octavo día de la vida de un niño caía en día sábado.

La cuestión entonces surgía sobre cuál era la ley de mayor jerarquía y cuál podía ser quebrantada para cumplir la otra. ¿Debía evitarse la circuncisión para guardar el sábado, o se rompería el sábado para observar el rito de la circuncisión?

La ley exigía que se diera prioridad al rito de la circuncisión porque (note esto el lector que cree que la ley del sábado fue anterior a Moisés) la circuncisión venía de Abraham, y el sábado, de Moisés. El comentario es como sigue:

"Moisés os dio la circuncisión (no porque sea de Moisés, sino de los padres); y en el día de reposo circuncidáis al hombre. Si recibe el hombre la circuncisión en el día de reposo, para que la ley de Moisés no sea quebrantada, ¿os enojáis conmigo porque en el día de reposo sané completamente a un hombre?" (Juan 7:22, 23)

Si la ley de la circuncisión tenía prioridad sobre la ley del sábado (Cristo dio validez a esta conclusión), ¿sobre qué base pueden los adventistas del séptimo día o los editores de La Pura Verdad enseñar que la ley del sábado es obligatoria para los creyentes, pero no lo es la ley de la circuncisión? Unicamente sobre la base de cerrar sus ojos a los hechos presentados por las Escrituras. ¿Por qué la ley de la circuncisión tenía prioridad sobre la ley del sábado? Hay una razón muy importante por qué debía ser así.

La circuncisión era la señal del pacto abrahámico (Génesis 17:10, 11) que fue confirmado por Cristo (Romanos 15:8); mientras que el sábado era la señal del pacto mosaico (Exodo 31:17), confirmado por medio del sacrificio de animales (Hebreos 9:19). Así como el pacto abrahámico, confirmado por Cristo, reemplazó el pacto mosaico (Hebreos 8:8), así la ley bellamente enseñaba este principio dando más importancia al primero que al segundo. Es significativo que el Nuevo Testamento muestra que la circuncisión aún tiene un lugar en la vida del creyente en lo que se refiere a las lecciones espirituales que se proponía enseñar.

Mientras que el rito mismo es discontinuado (véase Gálatas 5:11), el significado espiritual que lo acompaña es ciertamente retenido (Romanos 2:28, 29). En tanto que el sábado era celebrado en el séptimo día, el rito de la circuncisión era practicado en el octavo día de vida del varón.

Hay algo especial en esto porque proféticamente, un día en las Escrituras puede representar "mil años" (2 Pedro 3:8). Por consiguiente, el sábado apunta hacia el séptimo milenio (período de mil años) desde la creación, en el cual se hará presente un tiempo de descanso en la tierra por medio del justo reinado del Señor Jesucristo (Jeremías 3:17; Salmos 72). Bajo su dirección, el mundo se volverá a Dios (Isaías 2:2-4), y Jerusalén llegará a ser el centro de adoración divina a donde subirán los mortales para ese propósito (Zacarías 14:16).

El Señor será asistido en aquel día por sus seguidores resucitados e inmortales (Romanos 2:7; Mateo 19:29; 1 Corintios 15:23, 51, 54), quienes como real sacerdocio, reinarán con Cristo en la tierra (Apocalipsis 5:9, 10). Este gran sábado de mil años verá gobernadores y maestros reinando sobre la población mortal de la tierra, juzgando y rechazando pecadores (Isaías 65:17- 25), y llevando a la humanidad a la sumisión a Dios. Paz y justicia universal (descanso del pecado) seguirá, porque los hombres abandonarán sus propios caminos y se deleitarán en el Señor (Miqueas 4:1-4).

Este reposo milenial que el descanso del sábado prefiguraba será seguido del octavo milenio, del cual el rito de la circuncisión era un tipo. Antes que éste sea inaugurado, el último enemigo, la muerte, será destruido, y Dios será "todo en todos" (1 Corintios 15:24-28). Todos los que hayan sido rebeldes durante el reinado de mil años de Cristo serán eliminados a muerte, mientras que la inmortalidad será conferida a aquellos que se hayan mostrado dignos de ella durante el mismo período de tiempo (Apocalipsis 20:5, 6, 12-15). La muerte nunca más manchará la tierra, de modo que el período del octavo milenio encontrará manifiesto aquello que la señal del pacto abrahámico simbolizaba: la eliminación de la carne mortal de la tierra, y la completa revelación del propósito de Dios en la creación, cuando la gloria del Señor cubrirá la tierra como las aguas cubren el mar (Habacuc 2:14).

Cómo debía ser observado el sábado

La Biblia es completamente explícita sobre la forma en que el sábado debía ser observado. Demandaba bajo pena de muerte (Números 15:32-35) que ningún trabajo fuera hecho por los israelitas, los sirvientes de ellos (fueran judíos o gentiles), o sus animales (Deuteronomio 5:13, 14) dentro de las puertas de la ciudad donde moraban. Ni los adventistas del séptimo día ni la organización que publica la revista La Pura Verdad observan estos estrictos requerimientos. Si ellos mismos no trabajan, exigen que sus empleados lo hagan; por supuesto, ¡tampoco están en posición de exigir que todos los que están dentro de la ciudad donde moran observen la ley!

La ley de Moisés exigía esto porque fue diseñada como ordenanza nacional para Israel y no para individuos "de todo linaje y lengua y pueblo y nación" (Apocalipsis 5:9) que buscan seguir a Cristo, morando como extranjeros y peregrinos en la tierra (1 Pedro 2:11). Hoy en día el sábado es tan obligatorio para los creyentes como lo es también la ley de la circuncisión. Los apóstoles dieron a ambas importancia espiritual. Pablo describió la circuncisión como "la del corazón, en espíritu, no en letra" (Romanos 2:28, 29). Explicó su concepto de una circuncisión espiritual que no es de la carne en los términos siguientes:

"En él [Cristo] también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal en la circuncisión de Cristo [su crucifixión]; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él..." (Colosenses 2:11, 12)

El rito literal de la circuncisión cortaba una porción de la carne; la circuncisión espiritual hace lo mismo en sentido figurado (Colosenses 2:8-11). Una persona circuncidada en este último sentido se niega a sí misma para seguir a Cristo. Ahora consideremos de nuevo lo que revelan las Escrituras acerca de la circuncisión y la observancia del sábado.

Hemos encontrado que bajo la ley, la primera tiene prioridad sobre la segunda, y sin embargo, no es obligatoria para los seguidores de Cristo, excepto en sentido figurado. ¿Cómo es posible entonces que aún se considere obligatoria la observancia del sábado cuando una ley que tiene prioridad sobre ella ya fue reemplazada? Tal enseñanza resulta de un falso entendimiento del tema. Si la circuncisión se ha de manifestar en sentido espiritual, entonces ¿qué del sábado? De nuevo la Biblia nos proporciona la instrucción:

"Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo." (Colosenses 2:16, 17)

El sábado es señalado como algo que ha de ser revelado en Cristo. ¿Cuál era esa cosa que había de ser revelada? La respuesta es dada en Hebreos 4:

"Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia." (Hebreos 4:9-11)

En estas palabras el apóstol revela que un seguidor verdadero del Señor observa el sábado en sentido figurado cuando diariamente se esfuerza por cesar de sus obras carnales y seguir el ejemplo establecido por Cristo. El lo exhorta a procurar entrar en aquel descanso porque es el único de verdaderas consecuencias a los ojos de Dios y de Cristo.

Esa es la forma en que el sábado debe ser observado actualmente. Debe ser observado, no un día de siete, sino todos los días de nuestra vida. Así como los sacerdotes en el templo que no estaban subordinados a la ley del sábado, pues observaban sus principios diariamente, también la vida de los creyentes debe ser un diario peregrinaje al reino de Dios. Todos los días serán entonces hechos santos para El.

El peligro del sabatismo

La insistencia de que debemos observar el formalismo del sábado tiende a distraer la mente de las lecciones espirituales que la ley original trataba de comunicar. Debería recordarse que la primera herejía introducida en las primeras comunidades cristianas fue un intento de sobreponer la ley judía a las enseñanzas de Cristo.

Tales herejes afirmaban que "es necesario...que guarden la ley de Moisés" (Hechos 15:5). Esta enseñanza fue rigurosamente refutada por los apóstoles quienes instruyeron a los creyentes gentiles:

"Hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley." (Hechos 15:24)

Al mismo tiempo los apóstoles recomendaron que había ciertos aspectos de la ley que a los creyentes gentiles se aconsejaba guardar (Hechos 15:24-29), pero es muy significativo que el observar el sábado no figuraba entre ellos. Si guardar el sábado es un asunto de vital importancia, como se afirma, ¿por qué no estaba incluido en las recomendaciones de los apóstoles en esta ocasión?

La respuesta es que la ley fue cumplida en Cristo, y que la observancia del sábado era exclusivamente un aspecto de la ley (Gálatas 4:9, 10). Obviamente, las enseñanzas de Pablo están en desacuerdo con las con las creencias que insisten en que los Gentiles guarden el sábado, y, puesto que el apóstol enseñó:

"Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente." (Romanos 14:5)

De este modo mostró Pablo que la observancia de un día más que otro era un asunto de poca consecuencia. Sin duda los cristianos judíos deseaban continuar observando el sábado como un día de descanso, y no había nada malo con hacerlo, mientras no trataban de imponer las mismas restricciones a sus hermanos gentiles, o asumían que su observancia del séptimo día les permitía evitar las reuniones regulares establecidas por los apóstoles (Hechos 2:41, 42). Se da la impresión de que algunos de los judíos cristianos estaban haciendo esto, dando más importancia al sábado que a la reunión establecida por Cristo para el partimiento del pan. Esto puede haber provocado la amonestación de Pablo a los hebreos:

"...no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre..." (Hebreos 10:25)

El los previene contra el poner énfasis en ciertos días, como el sábado:

"Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros." (Gálatas 4:10, 11)

El Nuevo Testamento no enfatiza el séptimo ni el primer día como de significado especial; pero enfatiza que todos los días deben ser usados como una oportunidad de servir y adorar a Dios correctamente. Herbert Armstrong, en La Pura Verdad, sostiene que la ley del sábado es obligatoria para los creyentes hoy día, aunque admite en su "Autobiografía" que hay textos en las Escrituras difíciles de explicar en relación con esta doctrina.

El escritor ha tenido encuentros personales tanto con adventistas del séptimo día como con otros religiosos en debate y discusión sobre el tema; cuando todos los hechos han sido considerados, se ha vuelto completamente obvio que la ley del sábado tal como se aplicaba en el pacto mosaico ya no es obligatoria para los creyentes.

Los apóstoles se reunían el primer día de la semana

Aunque el Nuevo Testamento no ordena que el sábado o el domingo sean exaltados como días santos, como la ley lo hacía con el primero, es obvio que las primeras comunidades de creyentes se reunían regularmente para la comunión religiosa en un día determinado; y que éste era el primer día de la semana y no el séptimo:

"El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan..." (Hechos 20:7)

"En cuanto a la ofrenda para los santos...Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo..." (1 Corintios 16:1, 2)

Si los apóstoles se reunían para la comunión en el primer día de la semana, ¿qué hacían en el séptimo día? Aprovechaban la oportunidad de asistir a las sinagogas donde los judíos se reunían, para proclamarles la doctrina de la resurrección de Cristo. Pablo hizo esto en Antioquía (Hechos 13:14, 44), Corinto (Hechos 18:4), y también en Efeso durante tres meses (Hechos 19:8). Sobre su visita a Tesalónica, la Biblia expresa:

"Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos, declarando y exponiendo por medio de las Escrituras..." (Hechos 17:2, 3)

Los apóstoles usaban el sábado judío para discusiones con los judíos, y se reunían con los creyentes en el primer día de la semana. Es bastante significativo que los adventistas del séptimo día han cambiado completamente la costumbre de los apóstoles.

Mientras los apóstoles usaban la oportunidad del descanso de los judíos el séptimo día para predicarles a Cristo, y reservaban el primer día para reunirse con sus hermanos y gozar juntos de la comunión en memoria del Señor, los adventistas del séptimo día se reúnen durante el sábado judío para confirmarse unos a otros en sus creencias y usan la oportunidad del primer día gentil de descanso para proclamar su enseñanza al mundo.

Algunos afirman que la costumbre de observar el primer día de la semana proviene del catolicismo romano. Señalan la ley que Constantino, emperador de Roma, decretó en el año 328 d. de J. C. ordenando que el primer día de la semana fuera guardado como día santo por todos los cristianos, y alegan que este fue el origen de la costumbre. Los textos históricos claramente muestran que siempre fue el hábito de los cristianos reunirse en el primer día de la semana.

Los Hechos de los Apóstoles revelan que esta costumbre se remonta hasta los días apostólicos como antes ha sido demostrado. Estos son extractos de algunos de los primeros escritores eclesiásticos que confirman estos hechos: Eusebio (por el año 324 d. de J. C.):

"No tomamos en cuenta la circuncisión, ni observamos el sábado, porque tales cosas no corresponden a los cristianos."

Anatolio (270 d. de J. C.):

"La obligación de la resurrección del Señor nos constriñe a guardar la fiesta pascual en el día del Señor" (el primer día, cuando se levantó de los muertos).

Justino Mártir (140 d. de J. C.):

"Domingo es el día en el que todos realizamos nuestra reunión común, puesto que Dios hizo el mundo en el primer día, y Jesucristo nuestro Salvador se levantó de los muertos en ese día."

El mismo describe la adoración cristiana así:

"En el día llamado domingo, se reúnen en un mismo lugar todos los que viven en la ciudad o en el campo, y las memorias de los apóstoles, o los escritos de los profetas, son leídos cuanto es posible. Posteriormente, habiendo terminado el lector, el presidente hace verbalmente la amonestación y exhortación a la imitación de estas cosas excelentes. Luego nos ponemos de pie y ofrecemos oraciones. A continuación, el pan y el vino son tomados."

Ignacio, discípulo de Juan, escribió (100 d. de J. C.):

"Aquellos que conocen las antiguas cosas, han venido a novedad de fe, no guardando más los sábados, sino viviendo según el día del Señor, de quien nuestra vida, habiendo surgido de nuevo por medio de él, depende."

Estas afirmaciones de los registros de la historia eclesiástica demuestran que los primeros creyentes no observaban el sábado como se alega, y aún más, revela que la afirmación tan confiadamente promovida por los judaizantes, de que la costumbre de sostener reuniones religiosas en domingo debe su origen al decreto de Constantino, es totalmente incorrecta. Esto ha sido señalado una y otra vez; no obstante, ellos persisten en esta falsa pretensión, tratando de apoyar una falsa teoría. Invitamos al lector a investigar esto por sí mismo. Constantino solamente confirmó por ley lo que había sido la práctica de los cristianos desde los días apostólicos.

¿Cambia Dios sus propias leyes?

Un error común proclamado triunfalmente y con frecuencia, como si fuese indiscutible, es la afirmación de que Dios no cambia sus leyes; entonces, la ley del sábado habiendo sido establecida por Dios, aún constituye una obligación. Esa idea no resiste una investigación apropiada. Dios ha cambiado muchas leyes que anteriormente estableció. Decretó la ley de la circuncisión. Estableció el principio del sacrificio de animales. Ordenó que todos los israelitas adoraran en Jerusalén (Deuteronomio 12:5-7).

Todas estas leyes han sido cambiadas, o se les ha dotado de un nuevo significado en Cristo, como dice la Epístola a los Hebreos: "Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley..." (Hebreos 7:12).

Lo mismo ha ocurrido con la ley del sábado. La intención de la ley de Moisés fue la de actuar como un maestro de párvulos guiando los hombres hacia Cristo (Gálatas 3:24).

Cuando Cristo vino, hubo un cambio en la ley, lo que hizo a Pablo proclamar que "fue añadida a causa de las transgresiones hasta que viniese la simiente [Cristo]..." (Gálatas 3:19) Ilustrando la realidad del pecado, la ley puso a todos los hombres bajo su maldición, porque todos eran culpables de transgresión. Por consiguiente, reveló la necesidad de la gracia y el perdón divinos; pero no podía proveerlos ella misma. Esto fue revelado en Cristo, quien, por medio del perdón de los pecados, puede librar al hombre de la maldición de la ley (Gálatas 3:13), trayéndolo a su propia y gloriosa ley, "la de la libertad" (1 Corintios 9:21; Santiago 1:25).

Todos los que cumplan con la ley de Cristo (Amor) estarán "guardando el sábado" en su verdadero y espiritual significado, día a día, y no necesitarán un día de cada siete que les recuerde sus responsabilidades en ese sentido. Llegarán a comprender el significado de la afirmación: "La letra mata, mas el espíritu vivifica" (2 Corintios 3:6), y podrán aguardar con seguridad la venida del descanso sabático, cuando Cristo reinará en la tierra y ellos serán vestidos de inmortalidad y no más serán estorbados por esta naturaleza mortal con sus pruebas y tentaciones.

"Procuremos, pues, entrar en aquel reposo..." (Hebreos 4:11).

El Séptimo Día en el Edén era para Adán y Eva?

Éxodo 20:11 Estudiemos a Adán y a Eva en el Edén.

Prohibiciones del sábado semanal.

1. No salir de su casa. Adán y Eva no dejaron el jardín sino hasta después que entro el pecado.

2. No cocer ni hervir. No tenemos ningún registro de que Adán y Eva usaran fuego en su edenico hogar.

3. No hacer ningún trabajo. Adán y Eva no trabajaron sino hasta después que pecaron y fueron sacados del jardín. Génesis 3:17-19 En el Edén no había hierbas, ni tenían que regarlo. No era trabajo como nosotros lo conocemos.

4. No llevar ninguna carga. Génesis 2:6 No había necesidad de que Adán y Eva llevaran algún peso o carga. Que habían ellos de cargar?___________

5. No encender ningún fuego.

6. No comprar ni vender.

7. No hacer nuestra propia voluntad. Antes que el pecado entrara en las vidas de Adán y Eva podríamos asumir que habría sido solo natural que Dios fuera lo primero en el pensamiento de ellos.

8. Consagrarlo La santidad es un término usado para algo que es puesto aparte para Dios o que esta conectado a El de alguna manera. Automáticamente esto se habría llevado a cabo en el Edén, pues los perfectos Adán y Eva estaban en comunión perfecta con el Creador.

9. Reposarlo Si entendemos el reposo del séptimo día del relato de la creación, como un estar en comunión con Dios, esta amonestación habría sido innecesaria ya que era la actividad mas querida en el jardín. Dios había provisto todo lo que el ser humano necesitaba para su salud y felicidad.

10. Guardarlo o celebrarlo No habría habido ninguna necesidad de decirles a nuestros primeros padres que hicieran estas cosas, porque el hacer estas cosas era de lo que consistía la vida de ellos.

¿DIO DIOS UNA ORDEN PARA QUE ADÁN Y EVA Y EL MUNDO ENTERO GUARDARAN EL SÉPTIMO DIA?

LAS ONCE FIESTAS DE ISRAEL ERAN PERPETUAS (Para siempre)

¿POR QUÉ NO SE GUARDAN HOY SI ERAN PERPETUAS?

LEVÍTICO 23: El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los Israelitas:

“Estas son las fiestas que yo he establecido, y a las que ustedes han de convocar como fiestas solemnes en mi honor. Yo, el Señor, las establecí”. Levítico 23:1,2.

1. ¿Quién ordenó estas leyes? ¿Dios o Moisés?_______________

Veamos las fiestas:

1.) El Séptimo Día Sábado. El Sábado semanal. Levítico 23:3. “Los Israelitas deberán observar el sábado. En todas las generaciones futuras, será para ellos un pacto perpetuo”. Éxodo 31:16

¿Quiénes deberán observar el sábado?____________. Yo no soy Israelita. Bíblicamente hablando, yo soy gentil. Leea Hechos 15.

2.) La Pascua. Levítico 23:5. Las generaciones futuras deberán celebrarla. Éxodo 12:14

3.) La Fiesta De Los Panes Sin Levadura. Levítico 23:6-8. Las generaciones futuras deberán celebrar ese día. Éxodo 12:17.

4.) Las Primicias. Estatuto perpetuo para todos tus descendientes. Levítico 23:10-14.

5.) El Pentecostés. Éste será un estatuto perpetuo para todos tus descendientes, dondequiera que habiten. Levítico 23:15-21.

6.) El Toque de las Trompetas. Levítico 23:23-25.

7.) El Día del Perdón. Levítico 23:27-32. Es un estatuto perpetuo. Levítico 16:29,31.

8.) La Fiesta de las Enramadas Levítico 23:33-44.

9.) La Luna Nueva. Números 28:11. Esto hará Israel para siempre. 2 Crónicas 2:4. ¿Quién hará esto?_________

10.) El Año Sabático. Levíticos 25:2-7.

11.) El Año del Jubileo. Levítico 25:8-12, 20,21. En las referencias anteriores, vemos el ciclo sabático en desarrollo: el sábado semanal, los siete sábados anuales o de estación, un año sabático cada siete años, y un jubileo cada siete años sabáticos. En cada uno de estos “sábados” encontramos que el trabajo está prohibido. Son llamados”santos”, o se dice que son “sábados para el Señor”. Se dice que éstos son perpetuos y que debían ser practicados “por todas las generaciones futuras”.

¿POR QUÉ NO SE OBSERVAN ESTAS FIESTAS, QUE SON PERPETUAS, IGUAL QUE EL SÁBADO SEMANAL?____________________

 

1.-¿Por qué guardan un solo sábado? El año séptimo y también el año del jubileo eran sábados. (Levítico 25:1-22. ¿Por qué guardan el uno y dejan de guardar los otros?

2 Dígannos cuándo y dónde mandó el Señor Jesús, o alguno de sus apóstoles, u otro escritor de la Biblia, que algún gentil guardase los diez mandamientos. Bastarán sólo el capítulo y el versículo.

3 Dicen que el sábado se guardaba antes de darse la ley a Moisés. La ley de la circuncisión también fue dada antes de Moisés. (Génesis 17:10). Entonces, ¿por qué no practican la circuncisión, siendo que éste es uno de los mandamientos claros de la ley? De nuevo preguntamos: ¿Por qué el uno sí y el otro no?

4 ¿Por qué será que en los mandamientos dados a nuestros primeros padres en el Edén, y en los que fueron dados a los patriarcas Noé, Abraham y otros no se hace ni una sola referencia al deber de guardar el sábado? ¿Por qué no se menciona la palabra sábado sino cuando habían pasado más de dos mil años desde la creación del hombre? Si estas teorías a fueran ciertas, ¿no se había de hacer referencia al deber de guardar el sábado muchas veces antes del capítulo 16 del Éxodo?

5 ¿Dónde dicen las Escrituras que se haya dado mandamiento alguno de guardar el séptimo día antes de que el pueblo de Israel fuese redimido de la esclavitud en Egipto? Habrá que citar capítulo y versículo en cada caso, sin hacer referencia a Génesis 2:1- 3, pues allí no hay mandamiento.

6 ¿Por qué poner a los gentiles bajo el sábado, cuando a ellos nunca les fue dado? La ley dice: "Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel". (Éxodo 31:16,17). No hace mención de los gentiles. Léanse también Ezequiel 20:10-12.

7 La ley dice: "El día séptimo os será santo, día de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá". (Éxodo 35:2; 31:14). Si la primera parte de la cita es obligatoria para los cristianos, debe serlo también la segunda parte. ¿Por qué no cumplir la ley que manda matar a los que trabajan en el día sábado?

8 ¿Por qué comen lo que ha sido preparado con un fuego encendido en día sábado? ¿No saben que así infringen la ley sobre la cual basan su salvación eterna? (Éxodo 35:1-3, 16:23-30).

9 Si los cristianos están obligados a guardar el sábado, ¿por qué no fue incluido esto en la importantísima carta enviada a las iglesias por el concilio de apóstoles y ancianos que se celebró en Jerusalén para considerar la cuestión de si los gentiles deberían guardar la ley? (Hechos 15:1-29).

10 Si los cristianos deben guardar el sábado, ¿cómo se explica que el Señor Jesús no hizo mención del tema, al enumerar los mandamientos al mancebo de Mateo 19:16-22? Y, ¿cómo es que el apóstol Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no trata en ninguna parte de sus varias epístolas la supuesta gran importancia de guardar el sábado?

11 En los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis se encuentran siete cartas de la gran Cabeza de las iglesias, dirigidas a siete iglesias locales. Son los últimos mensajes directos a las iglesias sobre la tierra. Si fuese verdad lo que enseñan los sabatistas, ¿no les habría recordado su deber de guardar el sábado?

12 Ustedes dicen que el domingo entró con Constantino en el siglo IV. ¿Cómo explican entonces que los "padres" de la Iglesia, que escribieron durante los primeros tres siglos después de Cristo, hablan del primer día de la semana para las reuniones de los creyentes?

13 Ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que cincuenta veces se hace mención de predicar el Evangelio, diecisiete veces de predicar la Palabra, veintitrés veces de predicar a Cristo y ocho veces de predicar el reino. Ni una vez se habla de predicar la ley o el sábado. ¿Cómo lo explican?

14 ¿Saben ustedes que en Gálatas 3:23-25 se dice que la ley fue nuestro ayo [mentor] para llevarnos a Cristo, pero que, venida la fe, ya no estamos bajo ayo? Por tanto, ya no estamos bajo la ley.

15 Han notado que los diez mandamientos comienzan con Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre? De nuevo estamos frente a una manifestación de que se trata de ordenanzas dadas específicamente a Israel.

16 Los diez mandamientos se repiten en Deuteronomio capítulo 5, y allí se encuentran las siguientes palabras: Acuérdate que fuisteis siervo en Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá ...; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo, 5:15. De nuevo vemos claramente que la ordenanza del sábado fue dada a un pueblo que había salido de Egipto.

17 Un sector del cristianismo enseña que hay dos leyes: (i) los diez mandamientos, que ellos llaman la ley de Dios, y (ii) la ley ceremonial, que ellos llaman la ley de Moisés.

¿Pueden darnos, por favor, un solo capítulo y un versículo (en el Antiguo Testamento o en el Nuevo) donde se hace tal distinción?

“LO QUE NO SE PUEDE HACER EN SÁBADO, DE ACUERDO CON LA BIBLIA”

1. No salir de sus casas. Éxodo 16:28,29.

2. No cocer ni hervir alimentos. Éxodo 16:23.

3. No hacer ningún trabajo. Éxodo 20:10. Éxodo 34:21 dice: ”Ningún trabajo”. Creo que eso incluye no trabajar en los hospitales, de acuerdo con este texto de los Diez Mandamientos.

¿Usted qué opina?____________

Creo que también incluye no trabajar en la cocina de hogares, hospitales, universidades. Estamos leyendo la Biblia y lo que dice la Biblia en estos textos. ¿Usted qué opina?_____________

4. No encender ningún fuego. Éxodo 35:1,3. Prendes tu estufa?____

¿Cómo es que encienden fuego en el séptimo día, a pesar de que esto estaba prohibido en la ley levítica ? (Éxodo 35:3). Al hacerlo, ustedes quebrantan la ley del sábado.

¿Qué le sucedió a alguien que recogió leña en sábado?____________

Fue condenado a muerte. Éxodo 31:14,15; 35:2.

5. No llevar ninguna carga. Nehemías 13:15. Compárelo con Jeremías 17:27. 4. No comprar ni vender. Nehemías 10:31. Compárelo con Amós 8:5.

6. No hacer nuestra propia voluntad. Isaías 58:13. Por último: El verdadero reposo es Jesucristo, no un día a la semana, sino todos los días, horas y segundos. Esa es la paz que tranquiliza. Si el descanso semanal es un día señalado como requisito para identificarse como hijo de Dios y miembro de su pueblo al observarlo, entonces nadie, hoy en día, tiene estas características como buen observador del sábado.

Si el sábado séptimo día de la semana es requisito guardarlo para poder ser salvo, no se salva nadie. Al observarlo es sin hacerle cambios de acuerdo al antiguo pacto. Así como está estipulado más arriba en este escrito, es necesario que sea guardado, nada fue cambiado, entonces si es así, adelante a guardarlo sino no nos salvamos. Ojo. NADIE OS JUZGUE.

Los sábados y las nuevas lunas como rituales que iban juntos 1 Crónicas 23:31, 2 Crónicas 2:4, 2 Crónicas 8:12,13, 2 Crónicas 31:3, Ezequiel 45:17, 46:1-7, Oseas 2:11, 2 Reyes 4:23, Nehemías 10:33, Isaías 1:13,14, 66:23

Este sábado que se menciona junto con las lunas era el séptimo día de reposo. Los rituales eran sombras que nos llevaron al verdadero Reposo, Nuestro Señor Jesucristo. Alerta con tu carne y vive en el espíritu.

BENDECIDOS LOS ELEGIDOS POR GRACIA, LOS PREDESTINADOS DESDE ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO, LOS SANTIFICADOS HECHOS PERFECTOS CON UN SOLO SACRIFICIO, LOS HIJOS E HIJAS DE DIOS, LOS QUE ESTÁN ESCRITOS EN EL LIBRO DE LA VIDA DEL CORDERO DESDE ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO.

ABBA, PADRE