Un soldado
Romano era protegido por su vestimenta frontal, ella consistía
en escudo, su casco de metal, sus sandalias resistentes, podía
llevar al mismo tiempo su espada, lanza y arco con flechas.
El Apóstol
Pablo en la carta a los Efesios menciona todos estos
componentes.
El hijo de
Dios aun aquí en esta tierra en rebelión, posee armas que
provienen del Dios Todopoderoso para derribar fortalezas.
Leemos en 2 Cor. 10:3-5 “Pues aunque andamos en la carne, no
militamos según la carne. Porque las armas de nuestra milicia
no son carnales, sino ponderosas en Dios para destrucción de
fortalezas; destruyendo consejos, y toda altura que se levanta
contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento la
obediencia de Cristo.”
Notemos estas
palabras en estos pasajes:
-
Armas
-
Nuestra milicia
-
Fortalezas
-
Destruyendo
-
Cautivar
Se asemeja a
un ejército armado para combatir, destruyendo las fortalezas
enemigas y tomando cautivos a los vencidos.
Realmente así
es mientras el Reino de Jesucristo sigue tomando territorios
dominados por las tinieblas. Mateo 11:12 “Solo los valientes
arrebatan el reino y esto es por la fuerza que se ejerce
contra ellos mientras se utilizan las armas poderosas de Dios.
En las
escuelas militares en esta tierra, existen Directores,
Profesores con cargos oficiales, armamentos y pertrechos de
guerra, asi como uniformes que distinguen a todos los que
participan, tanto los instructores como los cadetes o
reclutas.
Haciendo
saber que para ingresar como alumno a dichas escuelas, el
primer requisito es ser reconocido como nacional y
aceptado para participar en el entrenamiento que tenía
prefijado un lapso de tiempo y en lugar específico.
En la primera
escuela que estableció el Señor Jesucristo, él mismo buscó de
sus conciudadanos y al elegirlos los aceptó para que por tres
año y medio fueran sus discípulos en su escuela de
entrenamiento. En dicha escuela vemos a los altos
oficiales instructores que la Biblia identifica como al
Espíritu Santo y a Jesucristo como Maestro. Juan 14:26
Durante el
entrenamiento los discípulos del Rabí Judío, fueron enviados a
poner en practica lo que iban aprendiendo del Gran Profesor de
Galilea.
“Dios los
enviaba de dos en dos.” Lucas 10:1
El sabio
Salomón nos dice en Eclesiastés 4:9,10 “Mejores son dos que
uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si
cayeren, el uno levantará a su compañero: mas ay! del solo que
cuando cayere, no habrá Segundo que lo levante.”
Los soldados
terrenales nunca van solos a una misión, solo en raras
ocasiones cuando el momento lo requiere.
Una vez que
el Profesor Mayor dá su vida por sus discípulos (y todo por
amor) Juan 10:11 incluyendo a todas las ovejas, sube a lo alto
después de su resurrección y dota a su amada Iglesia de
Profesores graduados en su escuela, para que la edifiquen y
equiparen para la obra del ministerio, de la misma forma que
El los preparó a ellos. Que Maestro maravilloso!
Los cinco
ministerios Efesios 4:7-13 “…Subiendo a lo alto, dio dones a
los hombres…apóstoles, y otros profetas, y otros evangelistas;
y otros pastores y doctores (maestros)
El propósito:
“Para perfección de los santos (quiere decir: equipararlos)
para la obra del ministerio…Pedro dice: “Cada uno según el don
que ha recibido, adminístrelo a los otros, como buenos
dispensadores (ecónomos) de las diferentes gracias de
Dios…hablar y ministrar para que Dios sea glorificado. 1 Pedro
4:10,11
Continua
diciendo Pablo en Efesios 4:12,13 “…para edificación del
cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la
fe y el conocimiento del Hijo de Dios a un varón perfecto, a
la medida de la edad de la plenitud de Cristo.”
Los Apóstoles
de Jesucristo aprendieron de él: como ministrar a los
enfermos, liberar a los cautivos, resucitar muertos, enseñar y
predicar el santo evangelio. A Jesús el buen Pastor, pidieron
que les enseñara a orar. En la armadura de Dios está el arma
más ponderosa para un hijo del Altísimo: la oración.
Pedro y Juan
en el Templo, en la hora que ellos iban a orar, sanaron a un
paralítico y el resultado fue: unos cuatro mil convertidos a
Cristo. Hechos 3: y 4:
La armadura
de Dios Efesios 6:10-20
Vestíos
de toda la armadura de Dios
Ceñidos los lomos de verdad
Vestidos de justicia
Calzados los pies con el apresto del evangelio
Tomando el yelmo de salvación
Tomando la espada del Espíritu
Orando en todo el tiempo…en el Espíritu
Estas son
herramientas que derriban fortalezas y cautivan
Las
armas espirituales
1
Cor. 12:1-13, 27-31 “Acerca de los dones espirituales, no
quiero, hermanos que ignoréis. …hay repartimiento de dones;
mas el mismo Espíritu es. Y hay repartimiento de ministerios;
mas el mismo Señor es. Y hay repartimiento de operaciones; mas
el mismo Dios es.
(Notemos la actividad del Espíritu Santo, del Señor
y de Dios) La de los dones: el Espíritu Santo
La
de los ministerios: el Señor
La
de operaciones: el mismo Dios es.
En Efesios
3:8-11 Jesucristo fue el que descendió en espíritu y predicó a
los espíritus de los encarcelados, que una vez fueron
desobedientes en el tiempo del Diluvio y murieron. Murieron
pero eran hijos de Dios, Jesús muriendo en la carne fue
vivificado en el espíritu y les predicó; éstos fueron los que
resucitaron cuando Jesucristo falleció en la cruz. 1 Pedro
3:18-21, Mateo 27:50-53
Entonces
Jesucristo repartió los cinco “ministerios” para preparar a la
Iglesia para hacer la obra del “ministerio” y para edificarla
en salvación.
En Romanos
12: Dios reparte dones particularmente (El Espíritu Santo) Si
el Espíritu Santo es el que da los dones a la iglesia, es Dios
quien los reparte, Dios es Espíritu Juan 4:23,24
La de
operaciones: el mismo Dios es el que obra todas las cosas
en todos. 1 Cor. 12:6
1 Cor. 15:28
Dios es todo en todos.
Efesios 4:6
Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todas las cosas, y
por todas las cosas, y en todos vosotros.
Este el
misterio de Dios, y del Padre y de Cristo Colo. 2:2,3 En el
cual están escondidos todos los tesoros de sabiduría y
conocimiento.
Toda la
armadura de Dios
El Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo
Los cinco
ministerios
Los dones
espirituales
Todo en
nosotros, con nosotros y para nosotros, no hay Fortaleza que
pueda permanecer mientras avanzamos en el reino de Dios.
Aunque ejerzan fuerza en nuestra contra todas las fortalezas
enemigas juntas, no prevalecerán. Todo es por fe.
Recordemos
que en el Señor Jesucristo está la fe, El es su Autor y
consumador, Jesucristo bautiza con Espíritu Santo, El lo envía
del Padre. Tenemos todo el poder del cielo y en la tierra.
Toda esta
verdad la tenemos en las Sagradas Escrituras
Seguramente
que contamos con la asistencia de todos los ángeles buenos que
nos asisten como herederos de salvación.
Hebreos 1:13,14
Somos el
cuerpo de Cristo, su Iglesia
“Nuestras
armas no son carnales sino poderosas en Dios.”
“Todos estos
son los beneficios de Dios” “Todos estos son sus bienes.”
“Somos real
sacerdocio, pueblo adquirido, gente santa.”
Dios nos hizo
eternos como El lo es.