Designados Divinamente 


Apóstol Domingo Hernández

 

Capítulo III

 

La predestinación es para la glorificación

 

La destitución de la gloria de Dios en aquellos que fueron escritos en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo, se debió a la desobediencia de nuestro primer padre Adán. “Por cuanto  todos pecaron, y están destituídos de la gloria de Dios.” Romanos 3:23

“...el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron.” Romanos 5:12

 

La destitución de la gloria de Dios ya venía en Adán, y él pasó la destitución a cada uno de sus descendientes. Créalo o no lo crea amigo lector, no somos culpables del pecado de Adán, él nos contagió con la enfermedad del pecado; no buscamos enfermarnos ya nacimos contagiados, la solución llegó cuando Dios se hizo carne en el Hijo hombre y con el antídoto de su sangre, nos sanó para siempre limpiándonos del pecado, borrándolos y perdonándolos todos: pasados, presentes y futuros. ¡Gracias Padre por la revelación de esta grandiosa verdad!

 

Jesucristo dijo: “Porque el Hijo del hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido.” Lucas 19:10

Lo que se había perdido le pertenecía al verdadero Dueño-Creador pero Adán lo entregó todo a un estado de esclavitud, enfermedad, dolor, lágrimas y muerte. Jesucristo recuperó lo que se había perdido y de la única forma recuperable era pagando un precio que solo se compara con la vida misma. Jesucristo dio su vida en rescate, esto es lo que llamamos sustitución: su vida por la nuestra. “Porque comprados sois por precio...”

1 Cor. 6:20

“...habéis sido rescatados...con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya ordenado de antes de la fundación del mundo...”

1 Pedro 1:18-21

 

Jesucristo reconcilió a los predestinados

 

Romanos 5:10-12 “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Y no solo esto, mas aun nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por el cual hemos ahora recibido la reconciliación. Por consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron.”

 

2 Cor. 5:17-21 “...Porque ciertamente Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí, no imputándole sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la reconciliación...”

 

Colosenses 1:18-24 “...Y por él (Jesucristo) reconciliar todas las cosas a sí, pacificando por la sangre de su cruz así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos...nos ha reconciliado...esto por la muerte de Cristo, para haceros santos, y sin mancha, e irreprensibles delante de él...”

 

Los predestinados ya están reconciliados y glorificados

 

Romanos 8:28-31 “...Porque a los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Pues qué diremos a esto? Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?

 

Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya criados en Cristo Jesús...”

 

2 Cor. 5:17,18 “...nueva criatura es...todas las cosas han sido hechas nuevas...Y todo esto es de Dios, el cual nos reconcilió a sí por Cristo...”

 

1 Cor. 1:27-31 “...Para que ninguna carne se jacte en su presencia. Mas de él sois vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, y santificación, y redención. Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

1 Cor. 6:19,20 “...Dios nos compró con la sangre y vida de su Hijo Jesús, ahora somos de él para siempre.

El esclavo del pecado de la ira y la muerte, fue comprado del amo cruel y príncipe de la noche, para venir a ser un hijo del nuevo dueño. Desde que el ser humano vino a pasar a manos de un dueño malo y cruel que no suelta a sus presos de su cárcel, nunca pudo el hombre librarse por sí mismo de las cadenas que arrastró por cuatro mil años, pero llegó “de Sión el Libertador  para quitar la impiedad” Romanos 11:26, Juan 8:36) “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”

 

Esta liberación no fue efectuada con armas ni fuerzas angelicales, sino con una compra que exigía la ley del pecado y muerte, ese pago consistió en vida por vida, una sustitución incomprensible: un esclavo quedaría libre por el cuerpo muerto y sin sangre de una persona libre entre los libres, de aquel cuyo título es El Libertador. Para la mente finita es y será el gran misterio de la Piedad, la gracia y la misericordia rebeladas en Jesucristo el Hijo del  Dios Alto.

 

Nuestro destino es el destino de Dios. La vida del Señor de gloria es nuestra vida. Somos uno con el Padre Eterno. Nadie podrá apartarnos de sus manos. Somos para el Creador como la niña de sus ojos. Pertenecemos al Altísimo por creación y redención. El gozo y la paz  que poseemos de Dios no se encuentra en ninguna otra fuente. Gracias al Señor que por su Santo Espíritu tenemos el amor, gozo y paz derramados en nuestros corazones.

Romanos 5:5 y Gálatas 5:22

 

Todo predestinado elegido por gracia es contado entre los muchos por los cuales Jesucristo vino a redimir y salvar. Los que están escritos en el libro de la vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, los predestinados para conocer la voluntad de Dios, somos los que recibimos manifestación del misterio de Dios que es Cristo nuestra esperanza de gloria.

 

Que alegría conocer de estas verdades, verdades que disiparon las dudas y el temor que heredamos, aprendimos de los maestros de la Biblia o por ignorancia voluntaria.

 

Gracias Dios de amor porque tu voluntad es irresistible (Romanos 9:19) porque si yo como tu Hijo la pudiera resistir entonces de nada valdría la obra redentora de Jesús tu Hijo, mi hermano mayor.

 

¡Abba, Padre!

 

 

 

•   Capítulo I

•   Capítulo II

•   Capítulo III

•   Capítulo IV

Su hermano y amigo Pastor Domingo Hernández