Concilio Internacional Jesucristo Soberano


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Designados Divinamente 


Apóstol Domingo Hernández

 

Capítulo I

Los salvados, los elegidos por gracia y los que no logran alcanzar la posición de hijos de Dios, ha sido siempre un tema muy discutido por los teólogos los cuales en sus razonamientos, tratan de explicar que la salvación está condicionada a la decisión del pecador destituido de la gloria de Dios; si el destituido decide ser salvo y  mientras se mantenga en el camino de obediencia en los cumplimientos que la ley de Dios exige, está viviendo en salvación,  de lo contrario al no aceptar a Cristo como su salvador o al no ser obediente, pierde la oportunidad de ser salvo o de mantener la salvación hasta el fin de su vida.

Los que enseñan el libre albedrío, hablan de una gracia que no es permanente si se decide dejar los caminos de Dios después de haberlos emprendido, alejándose de la oportunidad de llegar finalmente al cielo por el sacrificio de Jesucristo; esto quiere decir que en la salvación que es acto soberano del Señor, el pecador arrepentido pone un por ciento de su parte para poder alcanzar la vida eterna.

El apóstol Pablo en su elocuente exposición sobre la condición de una carne caída y débil, muestra claramente que es imposible decidir hacer lo bueno cuando la intención de la carne no se sujeta a la ley de Dios ni tampoco puede. Cuando una ley se establece tiene su cumplimiento para lo cual fue establecida. Pablo dice: “Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido a sujeción de pecado... Porque lo que hago, no lo entiendo; ni lo que quiero, hago, antes lo que aborrezco, aquello hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no obro aquello, sino el pecado que mora en mi. Y yo sé que en mí es a saber en mi carne no mora el bien: porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.” Romanos 7:14-25

¿Cómo es posible decidir hacer lo bueno si es imposible alterar la ley de pecado y muerte que existe en cada uno de los nacidos de mujer?

¿Cómo es posible perder la salvación porque la carne que esta viciada con los deseos de engaño, (Efesios 4:22) se desvía y hace una de sus obras? Gálatas 5:16-21

¿Cómo es posible que el espíritu nacido del Espíritu Santo (Juan 3:3,6) pueda perder su posición de hijo por los desvaríos de la carne caída?

¿Cómo es posible que la nueva criatura (2 Cor. 5:17) deje de ser nueva porque la carne, el hombre viejo, la destruya con sus actos?

¿Entonces, es por el libre albedrío o por la soberanía divina que nos eligió por gracia desde antes de la fundación del mundo?