Existe una tremenda tergiversación
en los círculos cristianos, con respecto al origen, concepto, y funciones del
Espíritu Santo, el cual habita en todos los hijos de Dios, el cual ya les fue
dado. Romanos 5:5. Analizaremos que, así como nosotros somos un tesoro (el
espíritu) en un vaso de barro (el cuerpo) 2 Corintios 4:7, también Dios es un
espíritu que habitó en un cuerpo, es decir que Dios se vistió de un cuerpo que
se llamó Jesús de Nazaret. Ese es el mismo proceso de todos nosotros sus
hijos. Por eso dice la Biblia que el Señor es el Espíritu, sin embargo el
Espíritu no se ve, pero se vio o se palpó a Dios a través del cuerpo que él se
puso.
La Biblia dice en Génesis 1:2 “...el Espíritu se movía sobre la faz de las
aguas...” Ahora bien, el Espíritu santo es Dios mismo. La palabra de Dios dice
que a nosotros se nos prometió que él derramaría su espíritu sobre toda carne.
Hechos 2:17. Pero es imprescindible que todo hijo de Dios conozca qué es el
Espíritu Santo, y cuáles son sus funciones; esto lo analizaremos con lujo de
detalle en este estudio.
LA PROMESA DE DIOS PARA SUS HIJOS
Leemos en Gálatas 3:3-14: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho
por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en
un madero) para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los
gentiles a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu”
Una cosa importante que vemos en ese pasaje es que para que llegase la promesa
del Espíritu, primero Dios tuvo que abolir la ley de Moisés en lo que respecta
a las consecuencias a su violación que traían como resultado ira, condenación
y muerte, pues se estaba bajo maldición. Notamos también que aquí se escribe
la palabra Espíritu con E mayúscula; hemos entendido que cuando se escribe la
palabra Espíritu con mayúscula se refiere al Espíritu de Dios, esto implica
que la promesa era el mismo Dios. Es importante que notemos que antes de la
cruz el Espíritu de Dios se manifestaba temporalmente y se iba, pero cuando
Cristo cumplió toda justicia en la cruz, entonces se cumplió la promesa hecha
por Dios de que derramaría su espíritu sobre toda carne; entonces, ahora
después de la cruz el Espíritu de Dios mora permanente en los hijos de Dios.
Analicemos el significado de la palabra espíritu a continuación, no sin antes
acotar que ya la promesa se cumplió, él derramó su Espíritu sobre toda carne,
nos referimos a los predestinados, los elegidos por gracia, los hijos de Dios
desde antes de la fundación de este mundo.
EL PROCESO DE DIOS
Analicemos a Tito 3:4-5: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro
Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia
que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de
la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo”
Aquí hay unos aspectos muy importantes del proceso que Dios aplica. En primer
lugar comprendemos que no hay salvación fuera de Jesucristo; además vemos
claramente que hay tres aspectos o pasos que el Espíritu santo lleva o ha
llevado a cabo en la vida de todo creyente, esto significa que hay tres
factores que Dios ha utilizado y sigue utilizando en la vida de sus escogidos:
Hubo un lavamiento: Esto es igual a que él derramó su sangre para limpiar
nuestras conciencias; esto es admisible simplemente porque la obra del
Espíritu Santo no se lleva a cabo en nuestro cuerpo, esta se lleva a cabo en
nuestra mente. Entonces este lavamiento ya tuvo lugar en la cruz del Calvario.
Hubo una regeneración: Hubo un cambio de corazón, o de un espíritu a uno
nuevo. El profeta Ezequiel 11:19 dijo: “Que el corazón de piedra se
convertiría en uno de carne”, es decir, nos daría un corazón manso; este
cambio de corazón es lo que se conoce como la regeneración. Esto también, al
igual que el lavamiento, ya lo ejecutó Jesucristo en la cruz del Calvario.
El tercer factor es la renovación en el espíritu: Los dos primeros, el
lavamiento y la regeneración, son instantáneos y ya ocurrieron como acotamos
por medio del sacrificio de Cristo en la cruz; para esto no tuvimos que
esperar, ya hay miles de hermanos que han sido lavados y regenerados, pero les
falta la renovación del espíritu. Veamos a continuación qué es la renovación
en el espíritu.
La renovación comienza en el entendimiento. La función de los hijos de Dios no
es lavar ni regenerar como equivocadamente se pretende hacer, la función del
hijo de Dios tiene que ser la renovación del entendimiento de los hermanos con
quienes comparte, o sea, quienes lo oyen, en otras palabras, el propósito de
todo hijo de Dios tiene que ser el renovar las mentes de los demás, esta es la
ultima función de Dios para sus hijos. Las otras dos podemos decir que Dios
las hizo. “Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados“ Hebreos 10:14. El derramó sangre por nosotros y esa sangre fue
suficiente para limpiar nuestras conciencias, para que nos declaremos
bendecidos. Gálatas 3:9. Dios quiere que nos veamos perfectos en Cristo Jesús,
entonces la renovación es en la mente. Recordemos que Jesucristo cambió la
mente almática a un espíritu vivificante. 1 Corintios 15:45 Esto es el cambio
de una mente que no percibe las cosas espirituales a una mente que sí las
percibe. 1 Corintios 2:14-15.
La tercera función es renovar, pero entendamos no estamos tratando de crear o
fabricar una nueva conciencia ni un nuevo corazón, esto ya lo hizo Dios, No,
lo que estamos haciendo es, a través del conocimiento del evangelio de la
gracia, renovar el entendimiento, pero el que alumbra los ojos del
entendimiento es Dios. Efesios 1:18.
Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios agradable y perfecta”
Hay muchos cristianos que hoy día no comprenden la obra o la función del
Espíritu Santo en nuestras vidas porque no se les ha renovado el
entendimiento. Dios obra o funciona con cosas que nos agradan, no con aquellas
que no nos agradan. “A los aman a Dios todas las cosas les ayudan para bien”
Romanos 8:28 Si hay algo que no es de nuestro agrado, es porque no es
espiritual, sino para la carne y no es de Dios. La palabra es viva y eficaz y
nos corta, nos somete. Hebreos 4:12 Sin embargo, al renovar nuestro
entendimiento por medio del conocimiento del evangelio, entonces podremos
discernir y entender qué es de Dios y qué no es de Dios. Debemos entonces
estar claros que el entendimiento se renueva por medio del Espíritu Santo;
pero seguimos con la incertidumbre acerca del Espíritu Santo.
¿QUÉ ES ENTONCES EL ESPÍRITU SANTO?
Una cosa importante es que la palabra espíritu es sinónimo de mente y también
de actitud.
Veamos como el apóstol Pablo enfatiza esto en 1 Corintios 2:10-16: “Pero Dios
nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aún lo profundo de Dios. Porque ¿Quién de los hombres sabe las
cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco
nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos
recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para
que sepamos lo que Dios nos has concedido, lo cual también hablamos, no con
palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu,
acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe
las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para el son locura, y no las
puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el
espiritual juzga todas las cosas; pero el no es juzgado de nadie. Porque
¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos
la mente de Cristo”
Como podemos leer la palabra Espíritu es con “E” mayúscula. Dios revela su
conocimiento por el Espíritu, y si hacemos un profundo análisis, veremos que
antes de las cruz Dios no revelaba, Dios inspiraba; todo esto porque Dios no
hacia morada permanente en sus hijos como sucede ahora, después de las cruz.
En el versículo 11, espíritu está escrito con “e” minúscula. Como mencionamos
anteriormente, espíritu es sinónimo de mente; por el contrario en muchos
círculos religiosos se piensa del Espíritu Santo que es algo que vuela, o algo
místico. Pero si usted viene estudiando este tema con nosotros, el Espíritu
Santo es la mente de Cristo en nosotros por eso la Biblia dice en Colosenses
1:27 : “Cristo en vosotros la esperanza de gloria”. La esperanza del
cristianismo es que se active en todos los hijos de Dios la mente de Cristo
que ya tenemos; esto con el propósito de que renueve nuestro entendimiento.
Leemos también en este pasaje que “nosotros no hemos recibido el espíritu que
proviene del mundo”, en otras palabras por causa de la regeneración que Cristo
llevó a cabo en la cruz, se nos dio su mente, entonces nosotros tenemos el
Espíritu Santo, que es la mente de Cristo, esa mente es Dios mismo. Romanos
5:5
Veamos a continuación unos misterios que siempre están en los saludos del
apóstol Pablo en las cartas que escribió:
DIOS SE VISTIÓ CON UN CUERPO SEMEJANTE AL NUESTRO
Gálatas 1:1 dice: “Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por
Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos)
Notemos que allí dice Jesucristo y aparte Dios, si no se entiende se puede
pensar que son dos personas diferentes. Sucede como el caso de Felipe en Juan
14. Aquí el apóstol Pablo habla de dos manifestaciones, 1. Jesucristo es el
cuerpo que Dios se puso, el que se le llamó Jesús de Nazaret, y 2. Dios el
Padre, o sea el espíritu y mente que habitaba en ese cuerpo. Usted y yo
tenemos que entender que también somos un espíritu creado por Dios habitando
en un cuerpo de carne.
2 Corintios 3: 17-18 “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está en Espíritu
del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”
El espíritu es la mente. Dios dijo: “... derramaré mi espíritu sobre toda
carne.” Hechos 2:17, Joel 2:28. Esto implica la mente de Cristo en nosotros,
pues cuando Jesucristo resucitó con un cuerpo celestial, traía el mismo
espíritu, es decir la misma mente, pero en un cuerpo glorificado; por eso
cuando Jesús se les presentó a dos de sus discípulos, no conocieron a ese
cuerpo. La Biblia dice que en Cristo hay libertad y es cierto, pues donde está
es el espíritu, o sea la mente del Señor, allí hay libertad, no libertinaje.
Dios tiene dentro de sus funciones lo siguiente: Tratar con nosotros de
acuerdo a su Espíritu o bien su mente, renovando el entendimiento con el
propósito de que conozcamos lo que Dios nos ha concedido, esto es saber que
tenemos la mente de Cristo (Corintios 2:12, 16) y que estamos bendecidos con
toda bendición celestial, desde antes de la fundación del mundo. (Efesios 1:3)
En síntesis el Espíritu Santo es la mente santa de Dios.
ENTONCES ¿QUE SIGNIFICA QUE JESUCRISTO SIEMPRE ES EL MISMO?
Miremos lo que la Biblia nos dice al respecto: “Jesucristo es el mismo ayer, y
hoy, y por los siglos” Hebreos 13:8
Cuando nos dice que Jesucristo es el mismo, debemos entender que se refiere
específicamente al espíritu, o a la mente de Dios. Es imperativo entender que
Dios el Padre de gloria es el Espíritu, y que el Hijo es el cuerpo que él se
puso, o con el cual se vistió.
Efesios 1:15-19 “Por esta causa también, yo habiendo oído de vuestra fe en el
Señor Jesús, y de vuestro amor para todos los santos, no ceso de dar gracias
por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, que el Dios del
Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de
revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro
entendimiento, para que sepáis cual es la esperanza a que él os ha llamado y
cuales las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cual la
supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos según la
operación del poder de su fuerza.”
Aquí pablo habla y ora por los creyentes, a los cuales Dios ya lavó y
regeneró, pero les falta la renovación y el entendimiento. Ya hemos visto y
estudiado que él a través del derramamiento de su Espíritu, al resucitamos con
él, nos dio vida juntamente con Jesús (Efesios 2:1, 5,6) y nos lavó y
regeneró, esto significa que nos salvó al derramar su sangre con la cual nos
limpió para siempre, ahora nos falta a todo los creyentes la renovación; así
lo menciona el apóstol Pablo cuando dice: “que cristo debe formarse en
nosotros”. Gálatas 4:19, Dicho de otra manera, la formación es lo mismo que la
renovación, la cual se logra al ir renovando nuestras mentes con el
conocimiento del evangelio, estando ciertos y seguros que tenemos la mente de
Cristo. Pensar y saber lo que Dios sabe y piensa de nosotros.
La formación de todo hijo de Dios es un proceso diario, es día a día. Por
ejemplo, para nosotros los padres de familia nos es fácil tener hijos, sin
embargo, lo que es difícil es la formación de ellos. De la misma manera con un
creyente. Dios nos trajo al mundo como hijos, pero es importante nuestra
formación, nuestra renovación del entendimiento, a través del conocimiento del
evangelio.
“...por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la
renovación del Espíritu Santo; el cual derramó en nosotros abundantemente por
Jesucristo nuestro Salvador.” Tito 3:4-6
Hermano amado, es importante que no seamos guiados por malos obreros, que solo
se aprovechan del rebaño, y que cuidemos del lugar donde nos congreguemos; que
sea un lugar, en el cual nos impartan realmente el conocimiento del evangelio.
Pablo es claro y enfatiza grandemente que somos un espíritu con Cristo (l
Corintios 6:17). Nuestra renovación estriba en pensar en cómo vamos siendo
enseñados. La oración del apóstol Pablo era clara: “...que Dios os de espíritu
de entendimiento.” Comprendamos que la palabra “entendimiento” significa la
posesión del conocimiento en la mente, para retenerlo. En el acontecimiento de
la muerte y resurrección de Cristo, fue la mente quien lo resucitó entre los
muertos.
“Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la
mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. (Romanos
7:25, 8:7-11)
LA UNIDAD DEL ESPÍRITU
Efesios 4:1-7 “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno
de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre,
soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar
la unidad del Espíritu en el vinculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como
fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un
Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos,
y por todos, y en todos. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia
conforme a la medida del don de Cristo”
La unidad del espíritu no es lo que los cristianos promueven, cuando dicen que
el pueblo de Dios se reúna o se junte (aunque esto es excelente y debiese de
llevarse a cabo). Aquí en este pasaje, la unidad que Pablo menciona es del
cuerpo (Jesús) con un Espíritu (Dios mismo) lo que se llama Jesucristo, o sea,
la unidad es un cuerpo y un espíritu, ( la mente). El espíritu siempre es el
mismo, aunque el cuerpo murió y resucitó; esto fue una transformación o un
cambio de un cuerpo terrenal a uno celestial. 1 Corintios 15:40, Pablo
menciona en Colosenses 2:9 que: “en él habita toda la plenitud de la deidad”,
por consiguiente, la unidad del espíritu es conocer que El es un Espíritu
metido en un cuerpo angelical, Aquí hay para nosotros promesas. Filipenses
3:21 dice: “que el nos transformará a nosotros también”, nos pondrá un cuerpo
celestial, como el que él se puso, Pablo habla de la unidad del espíritu,
diciendo que el cuerpo y el espíritu de Cristo son uno.
¿Cuál es la esperanza de gloria? Es que todos conozcan el evangelio, y el
evangelio es Cristo. Colosenses 1:26, 27 Debemos convencernos que el discernir
bien las cosas conlleva a la unidad, esto sólo se logra con la mente de Cristo
que ya está en nosotros, y que nos ayuda a saber cuando algo proviene de Dios
y cuando algo no proviene de Dios.
Leamos ahora un versículo que amplificará lo que venimos mencionando en 1
Corintios 12:3-4: “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el
Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor,
sino por el Espíritu (la mente) Santo.
Si conocemos el misterio que Pablo menciona en Colosenses 2:1-3, y en
1
Timoteo 3:16, entenderemos claramente que Dios fue manifestado en carne; pero
sin la mente de Cristo, nadie puede conocer que ese cuerpo era Dios mismo.
Esto sólo se logra por la mente o por el espíritu de Cristo en nosotros. Que
excelente es que Dios nos lo reveló a nosotros por la mente, por consiguiente
la mente de Cristo en nosotros no llama a ese cuerpo anatema.
El comprender que esa unidad es semejante a la nuestra, nos lleva a entender
que la obra del Espíritu Santo es dar a conocer lo que se nos ha concedido;
esto sólo se logra enseñando el evangelio, no doctrinas humanas. Fuera de
esto, el resto son buenas obras; pero no son las obras del Espíritu Santo,
porque la obra del Espíritu Santo es renovar nuestro entendimiento, no es una
manifestación carismática, sino que es pensar y discernir en las cosas de
Dios, y las que no lo son; es discernir entre el bien y el mal. Hebreos 5:14
Todos los hijos de Dios tienen la mente de Cristo, pero es muy importante
acotar que hay unas manifestaciones que vivifican el espíritu y otras que lo
apagan. Claramente el apóstol Pablo habló de lo que es el testimonio del
Espíritu Santo y la mente de Cristo en nuestras vidas, por eso es de suma
importancia que se estudie los escritos de Pablo.
LA VIDA ESTA EN LA MENTE
Romanos 8:9 “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si
es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu
de Cristo, no es de él”
La carne física no da vida, el cuerpo sin una mente no funciona, dicho de otra
forma, la vida esta en la mente o en el espíritu. Este versículo implica que
sobre la faz de la tierra hay dos simientes: Los que tienen la mente de Cristo
y los que no la tienen, y no nos corresponde a nosotros opinar quién tiene la
mente de Cristo y quién no; eso es facultad única y exclusivamente de Dios, y
no nuestra.
Otra cosa importante es que la mente de Cristo ha creado todas las cosas, así
como también la mente de Cristo faculta para discernir todas las cosas. Pablo
menciona en 1 Timoteo 1:9-12 “que la ley no fue dada para el justo”,
entendemos entonces que el hombre es justificado por la fe, pero sin las obras
de la ley. Romanos 3:28
Pablo enfatiza que hay dos apostolados. Ambos apostolados los puso Dios, por
eso dice que el mismo que actuó en Pedro actuó en Pablo. Gálatas 2:7,8
1. Con la circuncisión: La ley mezclada con religiosidad
2 Con la incircuncisión: El evangelio de la gracia
En la incircuncisión se encuentran todos los beneficios del nuevo pacto, pero
entendamos que la incircuncisión y la circuncisión no valen nada; según Pablo
en cuanto a salvación lo que vale es la nueva criatura. Gálatas 6:15
LA FUNCIÓN ACTUAL DE LOS HIJOS DE DIOS
Gálatas 6:11-15-17 “Mirad con cuán grandes letras os escribo de mi propia
mano. Todos los que quieren agradar en la carne, estos os obligan a que os
circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de
Cristo. Porque ni aún los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero
quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne. Pero
lejos este de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por
quien el mundo me es crucificado a mi, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús
ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. Y
a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos y
al Israel de Dios. De aquí en adelante nadie me cause molestias, porque yo
traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús”
Cuando Cristo murió en la cruz hizo tres cosas muy importantes que hemos
venido estudiando:
El nos lavó con su sangre para limpiar nuestras conciencias
El hizo un cambio de corazón, o de mente; ese cambio nos regeneró.
Por último, él nos está dando, a través del conocimiento, la renovación. que
es recibir y entender el evangelio de la gracia a través del entendimiento del
mismo; estas son las personas que realmente reinan en vida; esto es lo que se
llama el evangelio o el apostolado de la incircuncisión, dado por Dios para
los Gentiles, que somos nosotros los que no somos Judíos.
Ahora bien, es de mucho beneficio indicar que a Dios no le interesa la
división entre Judíos y Gentiles; para Dios sólo hay un pueblo, los que tienen
la mente de Cristo. La ley escrita en piedra fue dada para la carne, y para
los Judíos, no para los Gentiles; la gracia y el evangelio fueron dados para
ambos pueblos y para el espíritu. Recordemos que el espíritu es la mente, y la
mente no tiene nacionalidad, no es Judía ni Gentil, simplemente es la mente de
Cristo en sus hijos; lo importante es que tenemos un corazón de carne y no de
piedra.
Vemos tristemente que hay algunos que anuncian a Cristo por vanagloria y por
contienda, pero asimismo hay otros que lo hacen de buena voluntad. Filipenses
1:15 Sin embargo Pablo dice: “ni la incircuncisión ni la circuncisión valen
nada sino una nueva creación.” Esto implica identificarnos con la mente de
Cristo que está en nosotros. A todos los que anden de acuerdo con esto, paz y
bienestar para ellos.
Al predicar a Cristo, Pablo andaba con una regla de amor: él se hizo Judío, se
hizo Gentil; se hizo débil y todo para ganar a algunos para el evangelio. No
es por conocimiento, pues este puede producir envanecimiento; el conocimiento
no es un factor de menosprecio a la mente de Cristo en otros, si unos guardan
la ley y otros, no, eso no debe de ser motivo de maltrato. El apóstol Pablo
establece esto como una regla, por ejemplo, a los Corintios Pablo no les habla
como a espirituales.
1 Corintios 3:1-4. Vemos claramente que al apóstol Pablo solamente le
interesaba predicar a Cristo y a éste crucificado. Hemos sido llamados para
amar a los demás, no para contender, así que tenemos que predicar a Cristo de
buena voluntad y no por contienda,
CONCLUSIÓN:
Cristo, Dios Salvador:
-
“el gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.” (Tito 2:13)
-
“Se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador.” (Tito 3: 4)
-
“Nos salvó, por el lavacro, regeneración y renovación del Espíritu Santo.”
(vs. 5)
-
“El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.”
(vs. 6)
La Biblia recalca en Romanos 5:5 “...y la esperanza no avergüenza;
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por Espíritu
Santo que nos fue dado.”
Leemos claramente en este versículo que el amor de Dios está abundantemente
con nosotros por la mente de Cristo que ya tenemos; ese amor ya está en
nosotros y es por causa del Espíritu, o sea de la mente de Cristo en nosotros.
En Gálatas 5 vemos que el amor es parte del fruto del Espíritu, así que si
alguien anda con las reglas del Espíritu es porque ama, no busca lo suyo: eso
es fruto del Espíritu. Gálatas 5:22,
La Biblia dice: “Creí, por lo cual también hablé:...” 2 Corintios 4:13
Todo el conocimiento, todo el creer, viene o se activa con la mente de Cristo
a través del conocimiento del evangelio que Pablo nos escribió. Pero sobre
todo, Pablo dice que el conocimiento envanece, pero el amor edifica. Con esto
concluimos que el evangelio no tiene que ser un tropiezo para alcanzar a los
demás, el evangelio no es para dar golpes, el evangelio de buena voluntad es
vida para los que lo reciben.
Cuando dice la Biblia que veamos a nuestros pastores e imitemos su fe, es
Pablo diciendo que Dios buscará pastores con el corazón, o sea con el espíritu
o con la mente de Cristo. Pastores cuya función primordial y más importante
sea la de educar e instruir; haciendo esto cumplirá con
el verdadero apostolado que el mismo Pablo enseñó en Romanos 1:5 “para
obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre.” GLORIA A
DIOS!